jueves, noviembre 21, 2024
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La postergación del calendario electoral gana fuerza como alternativa ante riesgos epidemiológicos

La prórroga al último trimestre de todo el calendario electoral del año, pero sin eliminar las PASO, con primarias en septiembre y generales en noviembre, gana fuerza en el Gobierno y en la coalición del Frente de Todos como una de las alternativas ante la necesidad de adaptar el llamado a elecciones ante las particularidades epidemiológicas de 2021, un año atravesado por la pandemia y al que el oficialismo encara con una prioridad casi absoluta: la de completar la vacunación de los grupos de riesgo para llegar, finalmente, a la ‘inmunidad de rebaño’.

El gobierno y en el FdT están, de hecho, cada vez más convencidos de la necesidad de introducir cambios en las fechas previstas para las primarias y las elecciones generales de este año, ya que observan con preocupación las noticias que llegan desde el Hemisferio Norte sobre el rebrote de coronavirus con una cepa más contagiosa.

En este marco, el oficialismo tiene todo su esfuerzo desplegado en el avance de la campaña de inmunización contra la Covid-19 y en las previsiones que indican que la ‘inmunidad de rebaño’ (tener vacunada a la mayoría de la población) podría alcanzarse entre agosto y septiembre, aunque por otro lado la experiencia de 2020 muestra que el pico invernal suele coincidir con la mayor cantidad de contagios.

Estos antecedentes explican por qué en el FdT se menciona cada vez con más fuerza la posibilidad de postergar todo el cronograma -sin suspender las PASO, ya que en el Congreso no hay consenso para hacerlo- y concentrarlo en el último trimestre del año.

Esta alternativa se mencionó en la reunión del jueves último en la Casa Rosada en la que estuvieron el presidente Alberto Fernández, el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; el jefe del bloque del FdT en la Cámara baja, Máximo Kirchner; el jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el ministro del Interior Eduardo ‘Wado’ de Pedro.

La propuesta, aún en etapa de definición, consiste en retrasar la primaria del segundo domingo de agosto (como está prevista hoy) al último domingo de septiembre, y en el caso de la elección general aplazarla del cuarto domingo de octubre (como deberá realizarse si no hay modificaciones) al mes de noviembre.

En definitiva, la iniciativa apunta a concentrar toda la actividad electoral, que implica necesariamente movilización y circulación de personas, en los últimos tres meses del año, cuando ya haya pasado el invierno y la mayor parte de la población -se espera- esté ya inmunizada, informaron a Télam fuentes del oficialismo.

Incluso, en el FdT hay voces que plantean que la realización de todas las elecciones del año, sean provinciales o de alcance nacional, debe ser previamente consultada con el Consejo Federal de Salud (Cofesa), que reúne a los ministros y secretarios de Salud de la Nación y de las 24 jurisdicciones (23 provincias más CABA).

Dicha propuesta consiste en que el Cofesa evalúe el nivel de contagios y letalidad por la Covid-19 en todo el territorio nacional en las fechas previstas para el llamado a las urnas y, a partir de esa información, haga sus recomendaciones.

Sin embargo, cualquier modificación en el calendario de las elecciones debe ser aprobado por las dos cámaras del Congreso y con mayorías calificadas, requisito que no será fácil y del que ya se pudieron observar algunos indicios, como una serie de tuits posteados por Mario Negri (UCR-Córdoba), titular del interbloque de Juntos por el Cambio en Diputados.

Además, el propio Presidente, en la entrevista que Página 12 publicó también hoy, subrayó la existencia de una “razón epidemiológica” que recomienda evitar aglomeraciones de gente y aseguró que a la hora de definir las fechas de las elecciones será necesario “ver en qué estado de la pandemia” está el país “para la época en la que está convocada la PASO”.

“Hay una ley que las establece (a las primarias), que a mí me parece muy buena, y (la suspensión) es un tema que tendrá que ver en su momento el Congreso. Otros plantean postergarlas hasta septiembre y la elección en noviembre”, señaló Alberto Fernández en ese reportaje.

En cualquier caso, en la Casa Rosada hay una definición consolidada y es que el jefe de Estado no se involucrará activamente en el debate por modificar la legislación electoral, aunque tampoco impedirá que se abra la discusión.

“El Presidente no va a encabezar ni a clausurar el debate”, graficó en ese sentido una fuente oficial en diálogo con Télam.

Sin embargo, la alternativa de postergar por 30 días las primarias y las elecciones generales no es la única que se menciona por estas horas en el oficialismo.

Por un lado, la suspensión lisa y llana de las PASO sigue interesando a algunos sectores del oficialismo aunque por el momento parece de imposible realización.

Varios sectores de la oposición, pero también hacia adentro del FdT, consideran que debe preservarse el derecho de los ciudadanos a elegir con el voto los candidatos de cada coalición electoral.

Algunos dirigentes del oficialismo, por el contrario, plantean como argumento que la realización de las PASO en un año afectado por la pandemia implicaría una erogación económica importante.

“Sé que a algunos no les gusta hablar de costo o gasto en materia democrática pero si simplificamos el proceso electoral vamos a liberar recursos, vamos a liberar más de 20 millones de vacunas”, planteó hoy Massa en diálogo con Radio 10.

En paralelo, otras voces del oficialismo advierten que hacer un gran esfuerzo para reunir voluntades en el Congreso y suspender las PASO para los cargos nacionales carecería de todo sentido si al mismo tiempo no se eliminan las primarias en la provincia de Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma, que representan el 37% y el 7,95% del padrón general del país.

Relativizada entonces la posibilidad de suspender las PASO, en la coalición oficial circula una tercera propuesta, por ahora en grado de tentativa.

Esa alternativa, definida por el radical Negri como una suerte de neo-ley de lemas, ya despertó críticas en sectores de la oposición.

Sin embargo, quienes exploran la posibilidad de realizar las PASO y las generales en el mismo día plantean que esa alternativa, en el caso de encontrar eco, respondería exclusivamente a criterios epidemiológicos.

“Está claro que este año la pandemia no nos permitirá realizar campañas tradicionales. Por eso pensamos que los criterios para modificar el calendario electoral deben ser estricta y únicamente epidemiológicos”, señaló a Télam una fuente del FdT que está al tanto de los debates que circulan entre los principales dirigentes de la coalición.

Otra cuestión que se está analizando es la posibilidad de impulsar en el Congreso un proyecto de ley para que las empresas prestatarias de servicios de comunicación remota (que operan plataformas como Zoom, Google Meet, Skype, Facebook Live y otras del mismo tipo) estén obligadas a ofrecer por ley la misma cantidad de tiempo a las distintas coaliciones electorales que competirán este año en las urnas.

Esa iniciativa no será inocua para un año atravesado por la pandemia y que, por eso mismo, se caracterizó por el uso intenso de plataformas y redes como espacio de comunicación a distancia, tanto personal como colectiva.

“Será una campaña muy distinta, si hasta el 17 de octubre este año se hizo por Zoom”, ratificó a Télam una fuente oficial.

En todo caso, la clave está en cómo adaptar la organización de las elecciones de medio término a un contexto epidemiológico incierto, con una campaña de vacunación que avanza pero que en unos meses deberá convivir con la llegada del invierno en el Hemisferio Sur.

Por último, más allá de los debates, en el Gobierno siguen trabajando para organizar las elecciones tal como está previsto en la ley: esta semana el Ministerio de Interior difundirá el pliego licitatorio con las condiciones para la empresa privada que estará encargada de la transmisión de los resultados de cada mesa durante el escrutinio provisorio.

La licitación que se realizará este año refiere a transmisión al Correo de los resultados en cada centro de votación y no el recuento provisorio de los votos (el válido es el escrutinio definitivo), que seguirá en manos de SmartMatic, ganadora de una licitación realizada en mayo de 2019, en el último año de la gestión de Mauricio Macri.

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