jueves, noviembre 21, 2024
Tecnologia

La luz azul de las pantallas puede dañar la vista y ahora sabemos por qué

 

 

 

El estudio sobre la luz azul es cada vez más atractivo e importante, debido a la gran cantidad de tiempo que pasamos ante las pantallas de nuestros dispositivos electrónicos. Diversos estudios asocian la exposición (sobre todo por la noche) con, por ejemplo, trastornos del sueño o con un aumento del riesgo de cáncer de mama y próstata. En esta oportunidad, científicos de la Universidad de Toledo (Estados Unidos) vincularon este tipo de luz con la pérdida de visión, y pudieron explicar por qué sucede esto.

La luz azul no es más que una parte del espectro lumínico que podemos ver: corresponde a las ondas más cortas (mientras que las más largas nos parecen rojas). De acuerdo al artículo publicado en la revista Scientific Reports, la exposición cercana o prolongada a las ondas de 445 nanómetros puede desencadenar un daño irreversible a las células de los ojos.

Para entender qué sucede, los expertos tomaron células que se encuentran en los ojos y las expusieron directamente a la luz azul (simulando en el laboratorio lo que sucede cuando consultamos nuestro celular). Allí vieron que la alta intensidad de las ondas dispara una reacción química: las moléculas de la retina se oxidan por la luz y crean “especies químicas tóxicas”, de acuerdo a Ajith Karunarathne, uno de los autores. Con esta estimulación de la luz, las moléculas de la retina matan a las células fotorreceptoras, que no vuelven a crecer.

Para sintetizarlo, el científico indicó a medios extranjeros que “los fotorreceptores son como un vehículo y la retina vendría a ser el gas. Si esto es así, entonces la luz azul es una chispa peligrosa”.

Lo curioso es que la luz azul también es emanada por el sol, aunque no pasamos mucho tiempo mirándolo y desde pequeños nos enseñan a no hacerlo, según puntualizó Karunarathne.

Resta saber qué sucederá en la industria tecnológica con este (y otros) descubrimientos. Consultado sobre la exposición producto de los dispositivos electrónicos, el autor principal del estudio consideró que “mirar una pantalla, en particular si lo hacemos de noche, implica absorber esta luz en un área muy pequeña dentro de nuestro globo ocular, lo que puede intensificar dicha luz, de la misma manera que una lupa sostenida contra el sol magnifica la intensidad lumínica, al punto de quemar algo”.

Fuente: TN

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