La historia oculta del árbitro de la primera Superfinal
El chileno Roberto Tobar fue designado por la Conmebol para dirigir la primera final de la Copa Libertadores entre Boca y River, pero detrás de su apellido se esconde una historia oscura que mezcla vicios con inmoralidad.
Es que en noviembre de 2012 la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile lo sancionó por ocho meses por formar parte del “Club del Poker”, una timba arbitral donde se tejían las designaciones de los encuentros trasandinos.
¿Cómo funcionaba el sistema? El Director del Área de Desarrollo de los árbitros, Mario Sánchez, organizaba partidas en un departamento del centro de Santiago con otros colegas y la persona que se quedaba sin dinero terminaba dirigiendo un partido de menor importancia en el interior del país.
Tobar cayó en la volteada luego de que un grupo de jueces de líneas, que habían sido echados, denunciaron la situación en tiempos donde el arbitraje chileno era un caos y no tenía muchos controles.