lunes, noviembre 25, 2024
Policiales

La historia de la “Gitana Liz”, la viuda negra que murió al caer de un noveno piso

 

El encuentro parecía una aventura pero terminó mal. El había peleado con su esposa e invitó a Micaela Lizeth Vitale (30) a su departamento para un encuentro ocasional. Se habían conocido en la calle y terminaron en el departamento de Pueyrredón y French, en el barrio porteño de Recoleta. Hubo alcohol, drogas y ansiolíticos. Tantos que cuando llegó la Policía, Nicolás -el dueño de casa- estaba profundamente dormido y no se acordaba de nada.

Según pudieron reconstruir los investigadores, la víctima del robo – identificada como Nicolás (34)- había discutido con su esposa. Decidió consumar una “venganza” llamando a una mujer que se hacía llamar la “Gitana Liz”. Tomaron algo y tuvieron sexo. Después, según declaró, se durmió y despertó con la Policía en el departamento. En el living habían quedado cuatro latas de cerveza vacías y dos blísters de Clonazepam. Creen que también consumieron cocaína.

Mientras el dueño de la casa dormía, Vitale guardó celulares, relojes, perfumes, ropa y todas las cosas de valor que encontró a mano. Después intentó escapar. Pero algo salió mal y terminó cayendo desde el noveno piso del edificio. Su cuerpo quedó tendido en el patio de un vecino de la planta baja, quien alertó a la Policía sobre lo que había sucedido. Al llegar al lugar los policías en los pasillos un bolso con las cosas robadas.

Vitale tenía al menos ocho perfiles de Facebook, en uno se hacía llamar “Gitana Liz” y decía que era personal trainer. Según pudo reconstruir Clarín, le habían quitado la tenencia de al menos una de sus hijas, lo que la tenía muy angustiada. “Hija mía, el dolor que tengo dentro mío es muy fuerte. Solamente se irá cuando estés con mamá. Te amo, hija”, le escribió. Era madre de cuatro (tres nenas -entre ellas gemelas- y un varón). En sus redes compartía sus fotos y les dejaba mensajes. “Perdón por la ausencia”, le había escrito a una de las nenas el día de su cumpleaños.

En otros perfiles se muestra viviendo en Río de Janeiro. En Buenos Aires, tenía domicilio en el barrio de Villa Crespo y Sarandí, en Avellaneda. No registraba antecedentes penales ni surgieron otras denuncias cuan- do trascendió el caso de Recoleta.

Para febrero de 2017, el Consulado General de la República Argentina en Río de Janeiro había publicado un anuncio de búsqueda de paradero, después de que su familia pasara casi un mes sin tener noticias de la mujer. A los tres días anunciaron que se comunicó con sus padres.

Los investigadores creen que su trágico final estuvo relacionado con un descuido que cometió durante el robo. “Se fue del departamento con un bolso en el que metió las cosas que había robado. Pero se olvidó su celular adentro de la casa. Le tocó timbre a la víctima, que seguía completamente dormida, y no se habría enterado de nada”, explicó una fuente del caso. Los vecinos contaron a la Policía que vieron a la mujer golpear y tocar la puerta insistentemente.

Para recuperar el teléfono, la mu- jer se dirigió al 9° piso e intentó descolgarse por una ventana en un lavadero para volver a entrar al departamento a través de un ventiluz. Incluso, un testigo declaró que la vio deambular por los pasillos.

A partir de esos testimonios, la Policía se contactó con una mujer que indicó que en el departamento del 8° piso vivía su sobrino. Al ingresar a la propiedad los agentes encontraron al hombre dormido. También hallaron vidrios en el piso de la cocina y la ventana rota, por lo que creen que la mujer bajó desde la terraza y quiso meterse por ahí a buscar su teléfono.

La Fiscalía Correccional y Criminal N° 51, a cargo de Nancy Olivieri, espera la declaración del hombre asaltado, un examen toxicológico y los resultados de la autopsia para confirmar si la mujer cayó al vacío mientras intentaba escapar. (Diario Clarín)

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