La difícil historia de vida del cantante de Metállica
Nació el 3 de agosto de 1963 en Downey, Los Ángeles, California y a los 56 años confesó que vive un infierno: adicciones al alcohol y las drogas obligaron al cantante de Metallica (y a a la propia banda) a parar la gira. Hora de recuperarse e intentar frenar un drama que arrastra desde hace años.
“La dependencia alcohólica del cantante James Hetfield le puso freno al tour mundial del grupo de thrash metal estadounidense”, se leía en portales de todo el mundo hace unas semanas. “Estamos verdaderamente consternados en tener que informar a nuestros fans que debemos posponer las próximas fechas en Australia y Nueva Zelanda“, escribieron los otros tres componentes de la banda en una nota publicada en su página web. La historia de vida de James es desconocida para miles.
Tuvo una infancia difícil. Sus padres, Virgil Hetfield (camionero) y Cynthia (cantante de ópera) eran miembros de un grupo religioso cristiano. La mayor parte de la niñez de Hetfield giró alrededor de estas actividades religiosas. No eran la familia perfecta: su padre también sufría adicción al alcohol.
La madre de James murió tras un cáncer cuando él tenía 16 años. La depresión durante su adolescencia lo marcó para el resto de la vida. Así, el joven rompió con la religión impuesta y se volcó a componer.
Su refugio fue primero el piano, después la batería, hasta que finalmente se decidió por la guitarra. La música lo sacaba de la tristeza, pero a la vez lo acercaba a las adicciones. Su primera banda fue Obsession, inspirada en grupos como The Beatles, Black Sabbath, Kiss y Aerosmith. Faltaba un rato para encontrar el destino en Metallica.
Entre algunos de los episodios desafortunados junto a la banda, Hetfield sufrió un accidente durante el concierto conjunto de Guns N’ Roses y Metallica, en 1992, en el Estadio Olímpico de Montreal. Se paró sobre una torre de pirotecnia y eso le ocasionó quemaduras de segundo y tercer grado en su brazo izquierdo y su cara. A pesar de lo ocurrido, continuó la gira cantando gracias al apoyo del guitarrista John Marshall, quien se encargó de reemplazarlo.
Postal de cuando Metallica brindó un recital en el fin del mundo.
En 2003, durante la grabación del disco St. Anger, Hetfield decidió suspender su participación para ingresar a rehabilitación por alcoholismo. La pelea la ganó pero no definitivamente. Años después, recayó. Los problemas con las distintas sustancias fueron abordados en un documental de la banda de 2004 llamado Some Kind of Monster.
“Como la mayoría de ustedes probablemente saben, nuestro hermano James ha estado luchando contra la adicción durante muchos años“, explicó el último comunicado de la banda. “Ahora, desafortunadamente, tuvo que volver a ingresar a un programa de tratamiento para trabajar nuevamente en su recuperación. Tenemos la intención de llegar a aquellos países tan pronto como lo permitan la salud y la agenda. Se lo haremos saber lo antes posible. Una vez más, estamos devastados por haber incomodado a muchos de ustedes, especialmente a nuestros fanáticos más leales que a menudo viajan grandes distancias para disfrutar de nuestros recitales”.
Padre de Cali, Castor y Marcella, se encuentra aislado, en una clínica especializada, y pidió hermetismo a su entorno para no se filtraran detalles ante la prensa. Los fans argentinos cruzan los dedos: Metallica tocará en Buenos Aires el 18 de abril en el Campo Argentino de Polo. Las entradas están agotadas. (Clarín)