La dieta de los ídolos deportistas tienta: comer “a medida” para rendir mejor
Messi y otras estrellas modificaron su alimentación y potenciaron sus carreras. Especialistas explican que una dieta adecuada es clave para modificar el día a día.
Un cambio de hábito en la alimentación puede cambiar una vida. No sólo en lo físico o en lo estético, sino también en el rendimiento de una persona, sin importar la actividad que realice. Dejar de lado una comida e incorporar otra, en algunas ocasiones, sirve para dar un giro grande. Por eso cada vez más gente se vuelca a una dieta “a medida”, que se ajusta a sus necesidades.
“Mi vida cambió porque había empezado a comer los alimentos correctos para mi cuerpo, en la forma en que mi cuerpo exigía”, escribió el tenista serbio Novak Djokovic en su libro “Servir para ganar, la dieta de 14 días libre de gluten para lograr una excelencia física y mental”. El tenista sufría la intolerancia permanente a la harina de trigo, cebada, centeno y avena (TACC), lo que producía una mala absorción intestinal y le provocaba problemas nutricionales. Por eso dejó de lado el gluten y los lácteos y comenzó una dieta basada en el consumo de verduras, legumbres, carnes blancas, pescado, frutas, frutos secos y aceites saludables. Y le dio resultado: en 2011 ganó 10 títulos y llegó al número 1 del mundo que todavía ostenta.
La alimentación adecuada no es un dato menor para la Organización Mundial de la Salud, que advierte que la muerte de 2,7 millones de personas por año es atribuible a la ingesta insuficiente de frutas y verduras. Lionel Messi comenzó a comer más vegetales y menos pastas en la minuciosa dieta que realiza para evitar lesiones y potenciar su rendimiento. “El pescado fue un descubrimiento”, declaró el rosarino a la revista Kicker. Incluso resultó clave dormir más y pasar menos minutos frente al televisor. Leo tampoco ingiere harinas con gluten y los resultados están a la vista: no sólo tiene un 2015 de ensueño, sino que desaparecieron las arcadas y los vómitos que resultaban un enigma.
El basquetbolista Luis Scola también decidió modificar su alimentación. Le fue muy bien poniendo el acento, como Messi, en las frutas y las verduras “que son fuentes de carbohidratos”, explicó Luifa, quien también descartó frituras, azúcares y harinas. En el cambio entró el boxeador Floyd Mayweather para enfrentar a Manny Pacquiao. “Su plato favorito es pasta o tacos, pero ahora su dieta estará centrada en altos niveles de proteína sin carbohidratos, como pavo, pollo, carne y pescado, pero nada de cerdo”, reveló su cocinero y explicó que el régimen se basa en batidos de fruta orgánica.
Julio Bai, profesor titular de pregrado de Gastroenterología de la Universidad de El Salvador, sostiene que “para una persona común, sin síntomas de enfermedad celíaca o intolerancia a las harinas, no está demostrado que la dieta sin gluten cambie algo”. Aunque también expuso su visión sobre la famosa dieta mediterránea: “Es poca la evidencia científica que la avala, pese a que hay pruebas de que ayuda en la prevención de problemas cardiovasculares y mortalidad precoz”.
Para la nutricionista Ana Gerson, del Club Buenavista, “lo importante es tener un plan de alimentación, porque una dieta es algo de moda. Esto es un cambio de hábitos y la necesidad de una persona se va ajustando a lo que necesita. Por ejemplo, una persona no debe dejar de comer pastas, sino ver cuánta come”.
Karin Kirch también es nutricionista y explica que al comer sin gluten los deportistas lograron “una menor inflamación intestinal y mejor recuperación de sus cansancios”. La profesional le dijo a Clarín, además, que “comer sin gluten hoy es una moda. Es una versión experimental”. Y respecto de los ciudadanos comunes dijo: “Personalmente no veo necesario sacarle el gluten a una dieta para alguien que no es deportista. Se puede encontrar equilibrio adquiriendo un plan alimentario armónico”.
Sin entrar en dietas estrictas, hay alimentos que acompañan en diferentes aspectos de la vida cotidiana. Espinaca (contiene luteína y ácido fólico), moras, manzanas, palta, chocolate, nueces, apio y arándanos ayudan a la memoria. A la hora de potenciar la concentración hay que acercarse al yogurt, por ejemplo, porque posee tirosina, un aminoácido responsable de la producción de neurotransmisores imprescindibles para el sentido de alerta y la memoria. También es bueno ingerir té, banana, huevo y salmón. Para la capacidad de incorporar conocimiento, en tanto, el libro “Cerebro que aprende”, recomienda calcio (necesario para la transmisión de información entre neuronas), yodo (importante antioxidante), hidratos de carbono (suministra glucosa para la producción de energía), hierro y líquidos, ya que ingerir una buena dosis de agua a diario favorece a la memoria y a la concentración.