La carta abierta de Marcela Feudale para Alfredo Leuco, tras la polémica en el Martín Fierro
Una gran polémica se generó en la ceremonia de los premios Martín Fierro de Radio. El discurso de Alfredo Leuco en contra de Reynaldo Sietecase y su reflexión sobre los conflictos que hay en algunos medios disparó un debate con voces a favor y en contra. Durante la gala, fue insultado, y hasta su hijo Diego Leuco mantuvo un cruce con un productor radial, generándose un clima muy tenso.
Marcela Feudale escribió una carta abierta para el ganador de la estatuilla por el ciclo Le doy mi palabra, Radio Mitre. En su cuenta de Facebook, la locutora y periodista explicó: “Esta carta fue creada para entregarla en forma privada al Sr. Alfredo Leuco, pero no habiendo podido conseguir su mail personal, decido publicarla. Es mi mayor anhelo que la reciba y la lea. Fue redactada luego de escuchar sus palabras en la entrega de premios MF2017. En la vida hay que saber elegir… si te dejan…”.
La carta abierta completa
Estimado Sr. Leuco: Le escribo estas líneas desde el más absoluto respeto, pidiéndole de antemano perdón si, en ocasiones, la tristeza, la pasión o la indignación me traicionan o nublan mi entendimiento.
Soy una mujer que hace 33 años ejerce la más hermosa profesión que alguna vez pude ELEGIR, y para ello me capacité: estudié locución, periodismo y curse una Licenciatura en Historia, porque creía -y creo- fervientemente que quien se sienta frente a un micrófono debe estar capacitado para “cuidar” el magnífico USO DE LA PALABRA, debiendo cuidar cada coma, cada palabra, cada signo de puntuación que se emite, para evitar la tergiversación o la mala interpretación de nuestros dichos. Debemos ser puristas del lenguaje.
En estos años transitados laburé incansablemente en busca de mis sueños, y por lógica, de mi progreso profesional. Logré económicamente algunas cosas: un pequeño departamento que casi se lleva el agua en la ruptura del 1 a 1; 1 auto; algún que otro lindo viaje y cierto bienestar. Hoy vivo en la casa que con esfuerzo construyo otro laburante: mi viejo.
Muchas veces, mis vacaciones, quedaron sofocadas por el deseo de progreso, por la falta de dinero o por conservar algún empleo por temor a perderlo. Usted bien sabe que los empleos en Argentina, mayormente siempre escasearon, e insertarse en nuestro medio no es cosa fácil.
Pertenezco a una de las primeras promociones surgidas bajo la Democracia. Voté a Alfonsín. No voté a Menem, creí en De la Rua. Opté por Néstor Kirchner. No voté a Cristina y tampoco voté al PRO.
Siempre sentí que la Argentina Democrática me acompañaba y que era lo mejor que podía pasarnos a pesar de todo. Aciertos y errores. Pero jamás participé de pasiones políticas en ningún momento. No he recibido favores de ningún gobierno de turno y jamás coquetee con el poder.
He tenido algunas oportunidades de decir lo que pienso, pero hoy se me impone como una necesidad lo que me ahoga, me sofoca. La angustia y el enojo que me corroe desde el sábado por la noche.
Es obvio que en el aprecio que siento por los seres humanos, no coincido ni con el improperio soltado contra usted en el salón de los Martín Fierro, ni tampoco con los dichos soltados respecto a la actitud de Diego, a quien conozco y respeto. Pero necesito que sepa, que la poca claridad de su discurso alentó a que muchos desconocedores de nuestro medio, aquellos que no saben ni como se articula, confundieran los tantos y creyeran que los LABURANTES somos culpables. ¿Culpables de qué?
Usted sabe perfectamente que en los medios hay jerarquías y que no todos estamos habilitados a decir lo que pensamos a boca de jarro. Se impone que aclare que sus palabras iban dirigidas a algunos dueños nombrados y a algunos periodistas (que también debió haber nombrado) porque del modo expresado solo hemos quedado empantanados todos. Enlodados. Lo invito a revisar cuentas de Twitter para observar lo que en pocos minutos se logró. No quiero atribuirme la representación de todos, solo quiero explicarle desde mi experiencia, como se siente.
En 1992 mi profesión fue desregularizada, por lo que pase a ser una Locutora independiente que supo que desde entonces nunca la iban a contratar en relación de dependencia, por lo que jamas recibiría indemnización alguna o “esas nimiedades” si decidían reemplazarla por otro profesional. No me amilané. Me dijeron que de este modo iba a ganar más que un empleado común y quiero que sepa que eso jamás sucedió y menos en estos tiempos, por lo que terminé teniendo siempre varios laburos. YO NO ELEGÍ. Enfrente al toro, tratando siempre de buscar y juntar para cuando “no hubiese”, cuestión y sueño en el que aun sigo involucrada. Porque yo… no robo, escasamente he tenido posibilidad de elegir cómo y para quién trabajar y siempre me corrieron de cerca, el temor a perder el laburo, la inestabilidad y algo de necesidad.
Daniel Grinbank, Julio Moyano, Jotace Producciones, Daniel Hadad, Daniel Vila, Marcelo Tinelli, Guillermo Montes, Pierri, Constancio Vigil, y entre ellos Cristóbal Lopez, son algunos de los empresarios de medios con los que trabajé. Y es cierto que en algunas ocasiones he partido en busca de otras oportunidades por no compartir modos o ideas o por mejores propuestas.
Le cuento que cuando por cuestiones ideológicas, me fui de un medio por no pensar igual, fue mi mas profundo error. Nadie-( a pesar de que muchos me hablaron a la oreja y me aconsejara q lo hiciera)- me dio una mano. ME QUEDE SIN LABURO. SILENCIO DE RADIO. SILENCIO STAMPA.
No crea usted que técnicos, operadores, cámaras, electricistas, productores, informativistas, locutores, periodistas “no estrellas” podemos elegir con quien trabajar. En general, el laburo nos elige a nosotros.
No, no elegimos, ni siquiera contamos cuando una empresa se vende. Lo único a lo que apostamos cuando eso sucede, es a no perder el laburo. Cosa que no siempre sucede. Podría darle nombres de muchos amigos y compañeros de laburo que fueron expulsados en las sucesivas ventas de medios y jamas se pudieron volver a insertar.
En estos largos años que llevo de profesión, no escraché a nadie, no participé de “uno u otro bando” de lo que siento es la famosa grieta que todos mencionan y que no comparto. Y al igual que yo, muchos, muchos laburantes que hoy ven cómo se les escapa el laburo sin explicación alguna, y están al límite y envejecidos para encarar una vuelta mas en los medios.
Le pido, encarecidamente, que me de la alegría de sentirme considerada y cuidada por un medio al que amo y respeto, por un medio al que me enorgullece pertenecer. Nunca somos los laburantes los que nos enriquecemos. Usted lo sabe bien, porque convive con nosotros. Y, lamentablemente, en sus dichos del sábado, muchos interpretaron otra cosa y nos hacen responsables, sosteniendo barbaridades de todo tenor.
No pertenezco al rubro de los que quieren que el Estado se haga cargo. Nunca, en mis 33 años de carrera, laburé para el Estado. Soy de los que se levantan a laburar, sin chistar, y feliz de hacer lo que me gusta. Y soy de los que hoy no sabe cómo todo esto continuará: laburo en Ideas del Sur y Rivadavia. Usted bien sabe de las situaciones que hablo. ¿Y sabe qué? A pesar de lo nublado de la cuestión, sigo pensando que todo va a mejorar.
Deme la paz de diferenciarnos de quienes en todos los tiempos han hecho negocio con nuestra profesión. Espero tenga la caballerosidad de impedir que se nos siga señalando con el dedo, cual si tuviésemos alguna responsabilidad o participación en los hechos que dañan o dañaron a nuestro país. Espero su respuesta. Saludo cordial de una laburante que escasamente pudo elegir.
Marcela C. Feudale
Locutora Nacional 2738.
Pd1: Haga un ejercicio y mire a su alrededor. Pregúntele a su operador, a su locutora de turno, al personal de planta transmisora, a los técnicos, a seguridad, a portería, a los administrativos… a los verdaderos laburantes…cuántas veces pudieron elegir ELEGIR… cual si en Argentina fuese fácil. Otro saludo cordial y reitero… espero su respuesta y su entendimiento.
Gracias.
Fuente: Infobae