viernes, noviembre 22, 2024
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La Argentina trabaja en el protocolo para usar los anticuerpos de pacientes recuperados

 

El método tiene historia. Fue usado hace 50 años por Julio Maiztegui, un médico e investigador argentino. La estrategia se implementó para tratar la Fiebre Hemorrágica Argentina, después para la poliomielitis, para el SARS y para el Ébola. Ahora, sería de gran utilidad para aplicar en casos graves de coronavirus.

El argumento es sencillo: cuando una persona es infectada con un germen específico, el cuerpo produce anticuerpos para combatirlo. Una vez que la persona se recupera, esos anticuerpos quedan en la sangre del paciente. Aplicado en este contexto, esos anticuerpos tendrían nombre y apellido: anti-Coronavirus.

Un grupo de 52 investigadores y médicos argentinos, junto a otros profesionales, trabaja para que esta práctica sea posible en el país. “Se daría en el caso de pacientes que no respondieran a las terapias aprobadas de emergencia por el Ministerio de Salud de la República Argentina”, explica la doctora Laura Bover, directora del laboratorio de anticuerpos monoclonales e investigadora argentina del M.D. Anderson Cancer Center de Houston, Estados Unidos.

A la distancia, Bover se encuentra abocada a la elaboración del protocolo para ser enviado al ente coordinador de Dirección de Sangre y Hemoderivados del Ministerio de Salud de la Nación.

“Son muchas formalidades y reglas que se están determinando, incluso en el mundo. Acelerar los tiempos es clave”, asegura Patricia Himschoot, doctora en Ciencias Biológicas y Directora de Asuntos Científicos de la Fundación R21.

En China ya se hicieron estudios que mostraron que el trasplante de plasma puede tener buenos resultados. Según publicó la revista Nature, el infectólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad Zhejiang, Liang Yu, trató en un estudio a 13 personas en estado crítico. Después de unos días el virus ya no se detectaba en el organismo de los pacientes, lo que indicaría que los anticuerpos lo habían neutralizado.

El paciente recuperado que puede donar su plasma para este estudio es aquel que se recuperó, que no tiene carga viral en sangre y ya no contagia. “Ya recibimos llamados de pacientes que quieren donar”, admite Bover que trabajó 25 años en el Instituto Leloir.

Esta semana, la autoridad regulatoria de alimentos y medicamentos de los Estados Unidos (FDA, según sus siglas en inglés) autorizó el uso de plasma de personas convalecientes para tratar el COVID-19. Argentina, avanza con los requisitos para hacerlo pronto.

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