La actuación de la Triple A bahiense en la provincia de La Pampa
La semana pasada se reanudó el debate ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca que tiene como imputados a Juan Carlos Curzio, Osvaldo Omar Pallero, Héctor Ángel Forcelli y Raúl Roberto Aceituno, a quienes se acusa de haber pertenecido a la organización criminal Triple A y, en el caso de Aceituno, de ser uno de los autores del asesinato del estudiante y militante estudiantil David Hover “Watu” Cilleruelo.
Entre el 3 y el 5 de febrero concluyeron las declaraciones de los testigos ofrecidos por la fiscalía.
El juicio oral y público se retomará el jueves 11 y viernes 12 de febrero, con la declaración de testigos ofrecidos por la defensa de los acusados.
En ese marco declaró Raquel Barabaschi, referente de los organismos de derechos humanos de la provincia de La Pampa, quien ha prestado testimonio en distintas oportunidades en relación al circuito represivo de la subzona 14, en el contexto de los dos secuestros sufridos en diciembre de 1975 y marzo de 1976.
Su testimonio en este juicio fue solicitado por la fiscalía, a fin de que declare sobre los vínculos de la Triple A de Bahía Blanca con hechos que tuvieron lugar en la provincia de La Pampa y, particularmente, sobre la intervención de Rodolfo Ponce y de su grupo armado en la persecución de sectores estudiantiles de izquierda pertenecientes a la sede de la Universidad Tecnológica Nacional de la localidad de General Pico, a principios de 1975.
La testigo –por entonces estudiante alumna de aquella regional de la UTN– relató sobre la irrupción en los inicios del año 1975 en esa casa de estudios de un grupo armado que provenía de Bahía Blanca y respondía al diputado nacional Rodolfo Ponce, con el propósito de imponer como interventor, por la violencia y sin ningún tipo de aval legal, a una persona de apellido Yañez. Según el testimonio, el grupo contaba con el apoyo de Carlos Aragonés, gremialista y por entonces diputado nacional, y del diario local “La Reforma”.
Barabaschi contó que los hechos no sólo no fueron investigados por la justicia, sino que, por el contrario, por la resistencia pacífica al ingreso de la patota fueron detenidos 33 integrantes de la comunidad universitaria (entre ellos, la testigo), y explicó que muchas de esas personas –junto con otros miembros de la UTN– fueron víctima de secuestro scon posterioridad.
“Nosotros fuimos víctimas no solo de la dictadura militar, sino que la dictadura había sido cívico, militar, eclesiástica y judicial, porque fueron todos cómplices (…) yo sigo sosteniendo, como todos mis compañeros, que fuimos víctimas porque en plena vigencia de la Triple A, nos denunciaron como zurdos, trapos rojos. Además lo responsabilizo [a Carlos Aragonés] por haber perdido para siempre a nuestra querida Universidad Tecnológica”, consideró la testigo.
Barabaschi concluyó su testimonio con la siguiente reflexión: “tenemos que tratar que la justicia llegue a reparar esta partecita de la historia. Porque acá en La Pampa se dijo que había sido una isla, que no había pasado nada y eso se trató de instalar para borrar la responsabilidad de determinados sectores. En el caso de Aragonés, fue presidente del PJ hasta después de 2006. Tenía mucho peso y hasta digitaba quienes dirigían los destinos de nuestra provincia”. (Fiscale.gov.ar)