jueves, noviembre 21, 2024
Sociedad

“Justina está en el cielo, desde allá nos está mirando”: La conmovedora carta de la familia

 

A través de las redes sociales, donde habían lanzado una campaña para conseguir que más personas fueran donantes de órganos, agradecieron el apoyo de la sociedad y recordaron a la pequeña como una “leona”.

“No podemos parar de llorar. Se nos fue el sol. Se nos fue Justina”, con esas tres frases comienza una emotiva carta que publicó la familia de Justina Lo Cane, la nena de 12 años que murió mientras esperaba que apareciera un corazón para ser trasplantada.

La carta:

No podemos parar de llorar.

Se nos fue el sol.

Se nos fue Justina.

Esperó 4 meses y luchó, con todas sus fuerzas, para que llegara ese corazón.

Por múltiples factores que afectan al sistema de salud argentino nunca llegó la salvación para ella. Todos los que vivieron una situación igual lo saben. El sistema nunca juega a favor de los pacientes.

Justina solo tenía a su papá, a su mamá, a Cipriano y Ceferino, a sus tíos, a sus abuelos, a su familia, a los amigos de su familia, a sus compañeros del colegio, a sus maestros, a toda la comunidad, a sus médicos y a todos ustedes luchando por salvarle la vida.

Con sus 12 años soportó y resistió, esperando. Soñando en su fiesta de cumpleaños el 9 de diciembre. Siempre apostando a salvarle la vida a los demás que estaban en su misma condición.

Justina es un ejemplo de alguien que antepuso la necesidad de otros a su vida misma. Nunca quiso que pidamos un corazón para ella: “Papi ayudemos a todos los que podamos”. Nuestra LEONA no quería que nadie pasara por lo que ella pasó.

Paola y Ezequiel dieron todo por su hija. Lucharon para intentar salvarla convocando a miles de argentinos en esta campaña que llamamos La Campaña de Justina. En su dolor, les envían un abrazo gigante. #Multiplicatex7 #LaCampañaDeJustinaDesdeElCielo

Justina se fue sabiendo que su lucha les salvó la vida a muchos que esperaban un trasplante. No llegó su corazón. No lo encontraron.

No podemos parar de llorar. Ninguna muerte es justa. Menos la de un niño. Justina está en el cielo. Desde allá nos está mirando.

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