José Alperovich reveló la identidad de su denunciante por abuso sexual y dijo que tiene “pruebas a favor”
El senador nacional José Alperovich salió a defenderse públicamente tras ser denunciado por abuso sexual agravado por su sobrina y dio a conocer el nombre y apellido de la mujer incluso después del pedido de anonimato. El dirigente, además, dijo que está a disposición de la Justicia y que cuenta con “numerosas pruebas y testigos” a su favor.
Todo se inició esta mañana cuando el exgobernador de Tucumán fue denunciado penalmente por su sobrina. La chica publicó una extensa carta donde relata en detalle su acusación por abuso sexual agravado. “Durante un año y medio mi tío violentó mi integridad física, psicológica y sexual”, escribió.
Ahora, mediante una catarata de mensajes a través de su Twitter, Alperovich manifestó que ya tomó conocimiento del caso y mencionó con nombre y apellido a su sobrina, incluso después de que la defensa de la joven haya pedido el resguardo de su identidad por temor a represalias.
Después, el dirigente informó que sus abogados ya tienen instrucciones para “aclarar lo sucedido” y sostuvo que ya se encuentra a disposición de la Justicia. “Desde hace tiempo he sido víctima de amenazas y exigencias indebidas por parte de quién ahora se presenta falsamente como víctima”, siguió.
Antes de terminar, el exgobernador tucumano dijo que “lleva años desarrollando una honorable actuación pública sin cuestionamientos algunos” y tildó a la denuncia de “embate”. “Lo enfrentaré con la esperanza de que la Justicia ponga las cosas en su lugar y demuestre quién es quién”. Para cerrar su cadena de mensajes, Alperovich pidió que “queden al descubierto los oscuros designios que guían el accionar de la denunciante“.
La denuncia quedó en manos de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM) y de los tribunales tucumanos, ya que los presuntos abusos ocurrieron tanto en Tucumán como en Buenos Aires entre diciembre del 2017 y mayo de 2019.
En la carta que dio a conocer públicamente, la denunciante sostuvo que Alperovich hacía uso de su poder en los tres ámbitos de contacto que tenía con ella: tanto en el plano familiar, como en el laboral y “el horror de la intimidad” que la forzaba a vivir.
“No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual. Inmovilizada y paralizada, mirando las habitaciones, esperando que todo termine, que el tiempo corra”, escribió.