Insolación: lo que hay que saber para prevenirla
La insolación es una forma de enfermedad producida por el calor, generalmente luego de una exposición prolongada al sol. Se caracteriza por síntomas como nauseas, vómitos, cefalea, y en casos más graves, convulsiones. Puede darse incluso estando en la sombra, por el reflejo de los rayos solares.
Hay que distinguir la insolación del golpe de calor, que no necesariamente se relaciona con el sol, y que puede o no asociarse con el ejercicio. La primera puede ocasionar piel seca, caliente y enrojecida, habitualmente no sudorosa.
¿Cómo se origina? Suele ocurrir por una falla en los mecanismos de la termorregulación. Nuestros cuerpos producen una enorme cantidad de calor interno y normalmente regulamos la temperatura mediante la transpiración e irradiando calor a través de la piel. Sin embargo, en determinadas circunstancias como el calor intenso, la humedad o la actividad fuerte bajo el sol, este sistema puede empezar a fallar.
¿Cómo prevenirla? Es muy importante asegurarse de llevar una buena hidratación durante las actividades al aire libre y para los que realicen actividad física, interrumpirla periódicamente para beber agua. Otro dato importante es evitar consumir alcohol y buscar la sombra.
Para los casos en donde se realicen actividades al aire libre, la franja horaria a evitar es entre las 10 y las 16. Es preferible elegir horarios en los que nuestra sombra sea más larga que nosotros. Si el índice UV es mayor a 3, es conveniente extremar las medidas de protección solar.
Es fundamental el uso de protector solar resistente al agua con un FPS superior a 30 y es importante renovarlo cada dos o tres horas luego de haber transpirado o haber tenido cualquier contacto con el agua. Además se debe colocar 20-30 minutos antes de la exposición.
¿Cómo tratarla? Es muy importante una rápida consulta al médico ya que la insolación puede agravarse.
*El doctor Javier Solé es Médico especialista en Dermatología de la Clínica San Camilo.