sábado, noviembre 23, 2024
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Impacto para la economía global: el crudo, en su nivel más bajo en 5 años

Ayer perforó los 70 dólares y los analistas anticipan que podría llegar a 60; el cambio de escenario complica a los nuevos productores de shale oil, como la Argentina.

La vertiginosa caída del precio del petróleo, que ayer descendió a su nivel más bajo en cinco años, comienza a sacudir la economía mundial porque, en el fondo, traduce una ofensiva de Arabia Saudita y otros países de la OPEP para someter a los nuevos productores de shale oil, entre ellos, la Argentina . Esa transformación de los tradicionales equilibrios petroleros está dejando, además, numerosas víctimas colaterales.

Debilitado por la decisión de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) de mantener el nivel de producción vigente desde 2010, el precio del crudo sufrió una nueva caída: el barril de Brent para entrega en enero se cotizó a 67,53 dólares en Londres, su nivel más bajo desde octubre de 2009, mientras que en Nueva York el light crude de Texas (WTI) cayó a 63,72 dólares, nivel nunca visto desde julio de 2009.

Los valores se recuperaron algo en el cierre de la jornada, pero según los analistas esa drástica reducción debería mantenerse y los precios del barril llegarán a los 60 dólares.

Desde mediados de junio, el crudo perdió el 37% de su valor. A comienzos de la crisis financiera, entre julio y diciembre de 2008, los precios del petróleo habían caído cerca de 73%, al pasar en cinco meses de 146 a poco menos de 40 dólares.

Teniendo en cuenta que la decisión de la OPEP era previsible, muchos analistas califican de “exagerada” la reacción de los mercados. De todas formas, una oferta super abundante combinada con un frágil aumento de la demanda en Europa y en China probablemente seguirá pesando sobre los precios el año próximo.

“No hay perspectivas de que la tendencia se revierta, todo lo contrario. En el primer semestre de 2015 habrá un enorme excedente, alrededor de 1,5 millones de barriles diarios, que continuará pesando sobre los precios”, anotó un informe del Commerzbank.

“Un barril de crudo a 60 dólares es perfectamente plausible”, estimaron por su parte los expertos del banco francés Société Générale.

La decisión de la OPEP es una respuesta a la reciente expansión delshale oil, un petróleo no convencional producido en Estados Unidos y Canadá , que se apodera de partes considerables del mercado.

Si la OPEP hubiese decidido reducir su producción, habría entrado en un círculo vicioso de reducciones de su oferta a fin de luchar contra la caída de los precios frente al aumento de la producción norteamericana. La organización decidió finalmente mantener su plafón en 30 millones de barriles diarios.

Esa decisión habría sido impuesta por los países productores del Golfo Pérsico, con el objetivo de luchar contra la expansión del shale oil.

El mundo asiste, en realidad, a una auténtica partida de “TEG” tamaño natural que merece algunas explicaciones.

Ante la situación actual, los países de la OPEP debían elegir entre dos estrategias: bajar su nivel de producción -estable desde hace tres años- para reducir la oferta y hacer subir los precios o, por el contrario, mantener la producción y dejar libre curso a los mecanismos del mercado.

Si bien ciertos países miembros solicitaban al cartel reducir su producción, las petromonarquías del Golfo Pérsico, que tienen más margen de maniobra financiera, se negaron. Lo hicieron con una idea bien precisa: soportar los bajos precios hasta que se agoten las ventajas del shale oil, mucho más caro de producir.

“Tienen suficientes reservas de cambio como para soportar un barril a precio vil”, afirma Christopher Dembik, economista del Banco Saxo en París.

El objetivo, a pesar de las pérdidas, es hacer sufrir a los productores de petróleo no convencional. Los países del Golfo Pérsico saben que Estados Unidos, el rey del shale, puede soportar durante un tiempo los bajos precios.

“La idea de Arabia Saudita es, en realidad, disuadir a aquellos países, como Rusia, China o la Argentina, que quieren iniciar su producción”, afirma Dembik.

En todo caso, la caída de precios del petróleo es una excelente noticia para las economía occidentales. “Ese fenómeno genera potencialmente un aumento del poder adquisitivo mayor que cualquier otra medida tomada por los gobiernos”, analiza Régis Bégué, director de la gestión de acciones en el banco Lazard Hermanos. En la zona euro, por el contrario, la noticia no provoca demasiado entusiasmo, pues la caída del crudo contribuirá seguramente a acentuar la presión deflacionista, en momentos en que la inflación apenas alcanzó el 0,3% en noviembre.

DAMNIFICADOS

Entre los damnificados se ubican en primera línea los países productores, como Rusia y Venezuela, que viven momentos difíciles. Hace días que el rublo ruso se desploma. Esto suena como un golpe de gracia para Moscú. Al precio actual, Rusia deja de ganar entre 90.000 y 100.000 millones de dólares por año. Dos tercios de los recursos rusos provienen de las exportaciones de gas y petróleo. Simultáneamente, el país padece los efectos de las sanciones occidentales y la huida de capitales provocados por la crisis ucraniana.

Por su parte, los grupos petroleros o parapetroleros sufren graves consecuencias en la bolsa desde la semana pasada. Lo mismo ocurre con las materias primas, con caídas sensibles de los metales industriales como el cobre, el aluminio, el plomo, el níquel y el zinc. En la agricultura, los oleaginosos como la soja y la colza, utilizados para la fabricación de agrocarburantes, también sufrieron la misma tendencia que el bruto.

La otra víctima es Venezuela, según los especialistas.

“En ese país, cuyas finanzas están al borde del abismo, el temor de un default es más serio que nunca”, afirma Bégué. El viernes pasado, el presidente Nicolás Maduro anunció una serie de recortes del gasto público, a pesar de que su ministro de Relaciones Exteriores, Rafael Ramírez, asegura que el presupuesto del Estado “ha sido establecido sobre la base de un barril a 60 dólares”.

37%

Es la caída que sufrió el petróleo desde mediados de junio. Según los analistas, el precio del barril llegará a 60 dólares.

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