viernes, noviembre 22, 2024
Espectáculos

Hoy se cumplen 20 años de “Bocanada”, el primer disco solista de Gustavo Cerati

 

“Puente”, “Verbo carne”, “Paseo inmoral”, “Bocanada”. Flavio Etcheto, Leo García, Martín Carrizo, Gaby Herbstein. Todos nombres que remiten al primer álbum de Gustavo Cerati post Soda Stereo. No es su primer disco solista -ya había editado Amor Amarillo en 1993- pero sí es el primero en el marco de una carrera en solitario a punto de establecerse definitivamente.

Nos ponemos en contexto. Ya habían pasado casi dos años del famoso y recordado “gracias totales” (20 de septiembre de 1997) y de la separación de la banda más importante del continente. Gustavo se había llamado a silencio y, por esa razón, su segundo disco solista era más que esperado.

“En el verano de 1999 se sintió con la energía para empezar a trabajar en el álbum que iba a inaugurar su etapa solista (…). Empezó a pasar horas y horas en ese sótano, hasta que Cecilia (Amenábar) bajaba para avisarle que estaba la cena o Benito aparecía de sorpresa. A la noche comía con ellos y, cuando se acostaban, bajaba otra vez a seguir componiendo”, contó Juan Morris en su libro Cerati: La biografía definitiva.

Ese llamado a silencio era, por supuesto, un silencio público dado que en la intimidad de su hogar -como vemos- el cantante no paraba de planificar, organizar y armar los primeros bocetos de su nuevo trabajo.

Editado el lunes 28 de junio de 1999, Bocanada fue grabado en Casa Submarina y en los famosos estudios Abbey Road de Londres; y contó con la participación de Leo García, en coros y voz; Fernando Nalé, en bajo; Flavio Etcheto, en teclados; y Martín Carrizo, en batería. También acompañaron Tweety González, en teclados en “Beautiful”; y Alejandro Terán, con sus arreglos en “Verbo carne”. El propio Terán iba a dirigir en 2001 el recordado 11 Episodios Sinfónicos.

Paseo inmoral

Pero vayamos a lo que decía Cerati: “Se separa bastante de lo que hice hasta el momento. Tiene un aire de bolero crooner de los años ’50 con música sinfónica de los ’70 más una batería medio brutal y un DJ. Es el foco puesto en el humo entre dos personas que no tienen nada para decirse. Una still-picture. No sé si es el disco en el que mejor canté pero sí en donde más interpreté. Los tres primeros temas forman un disco dentro del disco”.

Estaba claro que el ex Soda Stereo buscaba romper con todo lo que había hecho hasta ese momento. Era un barajar y dar de nuevo, con los riesgos que eso implicaba.

El álbum fue presentado oficialmente con seis funciones en el teatro Gran Rex ante unos llenos totales. “Fue muy tranquilo y saludable tomarme todo ese tiempo porque se trataba de salir por primera vez solo”, comentaba sobre los casi dos años en los que se recluyó.

Y agregaba: “Las otras incursiones eran paralelas a Soda Stereo, tanto Amor Amarillo como Colores Santos (el álbum a dúo con Daniel Melero) e incluso Fricción. Lo que hice con Plan V y Ocio corre por otro camino, donde las canciones no son tan importantes como el trayecto. Así que esto también era un gran desafío interno, que pensé que me iba a poner mucho más nervioso, tenso y presionado. Pero no ocurrió nada de eso. Me dediqué a gozar e ir recuperando mis espacios de libertad porque hice lo que se me daba la gana”.

En una de esas noches en el Gran Rex sucedió un hecho que vale la pena resaltar para tener en claro qué pensaba Cerati por esos días. Luego de cantar “Zona de promesas”, el público empezó a corear “Soda, Soda…”, mientras empezaban a sonar los acordes de “Aquí y ahora”. En ese momento, Gustavo -en forma de respuesta a ese clamor popular- dijo sutilmente: “Esto es aquí y ahora”. No había dudas de que quería dejar en claro que Soda Stereo era parte del pasado.

En cuanto al disco, en otra entrevista, analizó: “Es como una película, con muchas introducciones y momentos muy diferentes: hay partes más rockeras, otras más electrónicas y tramos más acústicos. Pero hay algo que los une, con un toque de euforia y melancolía. Tiene una atmósfera misteriosa, con momentos de profunda bocanada de aire”. (Palabras extraídas del libro 50 años de rock en Argentina, de Marcelo Fernández Bitar).

Y si el humo está en foco…

Respecto a la imagen, una de las protagonistas de Bocanada fue la fotógrafa Gaby Herbstein. Su toma para la tapa del álbum quedó en la memoria de todos los fans.

Recordó cómo fue el proceso de realización de la emblemática portada y una linda historia respecto a una canción del álbum.

-¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando recordás tu trabajo en Bocanada?

Humo, humo inmediatamente. Mucho humo (risas) y una felicidad inmensa. Esa luz azul en mi estudio anterior, en Palermo… Se me vienen nervios también. Y siempre muy agradecida de haber tenido la posibilidad de fotografiar a Gustavo. La verdad que fue un gran honor. Muchas veces tuve esa oportunidad y, para mí, es uno de los regalos de mi profesión.

-¿Recordás el momento en qué conociste a Gustavo? ¿Fue en la misma sesión de fotos para la tapa del álbum o ya se habían visto antes?

Sí, me acuerdo perfectamente porque soy muy fan de él. Lo conocí, no recuerdo hace cuántos años, a través de una novia que tenía Gustavo de La Plata, que fabricaba ropa y yo le hice su campaña de fotos en mi primer estudio, en Coglhan, una casa chorizo que se caía a pedazos y habíamos pintado nosotros con cal. Ahí Gustavo vino a buscarla cuando terminamos las fotos y esa fue la primera vez que lo vi. Después me llamaron para que vaya a hacer fotos cuando presentaron Canción Animal. Así que ese fue mi primer contacto con Gustavo y las primeras fotos que le tomé a él y a Soda Stereo.

-Sé que la canción “Y si el humo está en foco…” tiene que ver con algo que sucedió en la sesión de fotos para la tapa. Quería que nos cuentes la anécdota que derivó en que Gustavo nombre así a un tema de su disco.

Esa fue una anécdota muy increíble porque en el shooting Gustavo tiraba humo, humo, humo… Y fue muy loco porque el disco no se iba a llamar Bocanada. No tenía nombre todavía. Era algo que tenía que ver con un rubí, de hecho por eso usamos un rubí para las tomas, que yo pinté con esmalte de uñas (risas) para que quede rojo y contraste con el fondo azul.

Entonces, en un momento, Gustavo -que siempre fumaba muchísimo- prende un cigarrillo y la luz quedaba increíble con ese humo. La verdad que daba muy bien el contraluz, y le digo: “Bueno, hagamos fotos tirando humo”. Y así fue que empezó a tirar, tirar y tirar humo de diferentes maneras. Hay cientos de fotos tirando humo y, en un momento, yo no podía enfocar más…

De hecho, hay un montón de fotos que no tienen foco porque se dificulta mucho fotografiar en esas condiciones. Entonces, le digo: “Pará Gustavo. No tires más humo”. Y me dice: “¿Y si el humo está en foco?”. Y lo vuelve a repetir: “¿Y si el humo está en foco?”. Y, bueno, seguimos sacando fotos y después veo, cuando sale el disco, que a uno de los temas le había puesto: “Y si el humo está en foco…”. Me dio mucha risa y no lo podía creer.

-¿Qué significó para vos y para tu carrera profesional haber sido parte de Bocanada?

Fue de esos regalos inmensos que me dejó y me sigue dejando esta profesión de fotógrafa. Haber conocido a Gustavo, haber compartido muchas sesiones de fotos con él y haber compartido momentos también personales: nacimientos de hijos, vacaciones… Haber tenido ese contacto fue un gran regalo y un honor.

Profesionalmente también fue una prueba haber podido superar ese fanatismo que siempre tuve por la música de Gustavo desde los comienzos y decir: “Me pongo en fría y empiezo a sacar fotos”. No temblar en el intento. Porque la verdad era un shock muy grande tenerlo frente a mi cámara. Me hizo crecer profesionalmente, y dije: “Después de haberle sacado fotos a Gustavo ya puedo sacarle fotos a quien sea”. Porque realmente para mí era una persona muy imponente, tenía una luz muy especial. La verdad es que lo llevo en mi memoria como este regalo inmenso que viví.

El estilo de Bocanada

Bocanada salió al mercado con 15 temas y un tono electrónico con elementos de rock alternativo y tramos experimentales. La canción “Verbo carne”, que contó con la participación de la London Session Orchestra -dirigida por Gavin Wright- es, sin dudas, uno de los puntos más altos del disco. A esa pieza se le suman otras maravillas como “Puente”, por ejemplo.

Los cortes de difusión fueron la mencionada y aclamada “Puente”; además de “Raíz”, “Paseo inmoral”, “Tabú”, “Engaña” y “Río Babel”. Este disco marcó el inicio oficial de la carrera solista de Gustavo, que se sumergió en su “Aquí y ahora” para disfrutar de un presente que ya lo veía lejos de Soda Stereo.

Las canciones

“Tabú”
“Engaña”
“Bocanada”
“Puente”
“Río Babel”
“Beautiful”
“Perdonar es divino”
“Verbo carne”
“Raíz”
“Y si el humo está en foco…”
“Paseo inmoral”
“Aquí & ahora (Los primeros tres minutos)”
“Aquí & ahora (Y después)”
“Alma”
“Balsa”

Ficha técnica

Gustavo Cerati: voz, guitarras, samplers, sintetizadores, teclados, bajo, efectos, instrumentos adicionales y mezclas.

Músicos

Flavio Etcheto: sampler en todas las canciones excepto en “Raíz” y “Verbo carne”.

Leo García: sampler y voces en “Engaña”, “Puente” y “Aquí y ahora”.

Martín Carrizo: batería.

Fernando Nalé: bajo, contrabajo y bajo sin trastes.

Tweety González: teclados en “Beautiful”.

Alejandro Terán: arreglos en “Verbo carne”.

Fuente: Infobae

 

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