Histórico: Argentina lanzó con éxito su primer satélite
Tras la demora por las condiciones climáticas, finalmente Argentina lanzó desde Kourou, en la Guayana Francesa, el Arsat-1, el primer satélite geoestacionario argentino.
El Arsat-1brindará servicios de televisión directa al hogar, acceso a Internet con recepción en antenas Vsat y telefonía IP a todo el territorio nacional y países limítrofes.
El satélite fue íntegramente diseñado, construido y testeado en el país. Con su puesta en órbita Argentina se suma al selecto grupo de ocho países que los producen.
El presidente de Arsat, Matías Bianchi, destacó “la decisión estratégica tomada en 2006 para proteger las posiciones orbitales y también de hacerlo con satélites hechos en Argentina”, en la previa del lanzamiento del Arsat-1 desde Guayana Francesa.
Bianchi aclaró que “la vida útil de un satélite se estima en 15 años, por eso los procesos de desarrollo son de largo plazo y en cada hito se hace una evaluación de cada componente del satélite y se define que elementos se desarrollan localmente y cuáles se importan, de acuerdo al impacto que puedan producir en la industria nacional y en el desarrollo soberano”.
Histórico: Argentina lanzó con éxito su primer satélite
Finalmente, la nave argentina despegó de la Guayana francesa.
Tras la demora por las condiciones climáticas, finalmente Argentina lanzó desde Kourou, en la Guayana Francesa, el Arsat-1, el primer satélite geoestacionario argentino.
El Arsat-1brindará servicios de televisión directa al hogar, acceso a Internet con recepción en antenas Vsat y telefonía IP a todo el territorio nacional y países limítrofes.
El satélite fue íntegramente diseñado, construido y testeado en el país. Con su puesta en órbita Argentina se suma al selecto grupo de ocho países que los producen.
El presidente de Arsat, Matías Bianchi, destacó “la decisión estratégica tomada en 2006 para proteger las posiciones orbitales y también de hacerlo con satélites hechos en Argentina”, en la previa del lanzamiento del Arsat-1 desde Guayana Francesa.
Bianchi aclaró que “la vida útil de un satélite se estima en 15 años, por eso los procesos de desarrollo son de largo plazo y en cada hito se hace una evaluación de cada componente del satélite y se define que elementos se desarrollan localmente y cuáles se importan, de acuerdo al impacto que puedan producir en la industria nacional y en el desarrollo soberano”.
“Tenemos que ser capaces de aplicar todos los aprendizajes que deja este satélite al resto de los desarrollos tecnológicos argentinos”, finalizó.
El presidente de Invap, Horacio Osuna, resaltó el trabajo en equipo entre los distintos organismos para lograr “un hito más de un proceso de desarrollo tecnológico que tiene el país hace muchos años y con mucha fuerza en la última década”.
El proyecto Arsat-1 demandó 270 millones de dólares y permitió que Argentina no perdiera la posición orbital 81, muy codiciada porque enfoca desde Estados Unidos hasta las Malvinas, y con el Reino Unido en espera en la Unión Internacional de Telecomunicaciones.