Hernán Lacunza criticó el mensaje de Javier Milei sobre $LIBRA
El exministro de Economía de la Nación Hernán Lacunza dio su opinión como economista de las posibles consecuencias que puede tener el escándalo de la criptomoneda $LIBRA en el que se vio involucrado el presidente Javier Milei.
Si bien consideró que no cree que tenga repercusión a nivel institucional, a diferencia del pedido de juicio político que motiva parte de la oposición, sí cree que hubo graves errores en el manejo de la comunicación por parte del jefe de Estado y que se trató de un “estafa burda”.
Entrevistado el lunes por la noche en la señal TN, Lacunza razonó que si bien el Presidente fue “pedagógico” para explicarle a la población que el exceso de emisión depreciaba la moneda, “que es una institución para el desarrollo”, ahora debería aprender que “el abuso de Twitter/X (y las redes sociales, en general) devalúa la palabra del Presidente, otra institución para el desarrollo”.
El titular de Hacienda durante el último tramo del gobierno de Macri apuntó contra el manejo que hace Milei de su cuenta personal de X y dijo que atenta contra la propia intención de generar confianza en los inversores.
“No es lo mismo reemplazar instituciones con impulsos si existe un área de comunicación, un área de prensa, una secretaría de comunicación. Participé de gobiernos donde se usaban las redes para comunicar y pasaban 50 filtros profesionales. Claro que se pierde espontaneidad. El rol de un tuitero es anticipar, pero el rol del Gobierno es comunicar fehacientemente con un mecanismo de comunicación masivo como son las redes. Si reemplazamos el criterio institucional por esos impulsos de cualquier funcionario, bueno, nos vamos a comer curvas como la del viernes pasado”, analizó.
Lacunza observó que “el Gobierno es muy refractario a la crítica y la opinión disonante” y que eso conlleva a echar a diferentes funcionarios.
Esto lo calificó como un signo de debilidad puertas adentro que podría jugarle en contra.
“Es auto-cercenarse a que alguien te advierta algo. Los obsecuentes te impulsan a comerte la curva. Cuando sumás abuso de una herramienta, falta de control institucional y obsecuentes que dicen lo mismo—”el mejor presidente”, “el mejor ministro”—te comés la curva. Temo que esta experiencia, que me parece que no tiene una gravedad institucional—nada que ver con juicio político—puede quedar encapsulada. Pero lo mejor sería aprender de esto para la gestión”. (La Nación)