Hambre de gloria: la dura historia de “Uvita” Fernández

Diez hermanos, cinco futbolistas, tres profesionales y dos en Inferiores, la familia Fernández da que hablar en el fútbol argentino, primero con Brian y Leandro, actualmente en Necaxa y Vélez, y después con Nicolás, uno de los pilares del subcampeonato de Defensa y Justicia, para el que anotó ocho goles en la última Superliga. “Uvita, porque era negro y chiquito”, explica su apodo del barrio, donde se pasaba horas en la calle con amigos y una pelota. Su origen no difiere del de tantos otros jugadores: la pobreza y el potrero.

El resumen de la entrevista con Nicolás Fernández

¿Qué recuerdos tenés de tu infancia?

Fue una vida bastante dura. Siempre pedíamos pan en la casa de enfrente y en las de los costados. Igualmente fue alegre: jugábamos con amigos todo el tiempo. Mi mamá era la que laburaba y mi tío nos llevaba a los entrenamientos, pero mi papá no estuvo a la altura de comportarse como un verdadero padre.

¿Cómo hacés para que no marearte cuando llegás a un lugar como el tuyo?

Siempre me acuerdo de la vida dura que pasé, del hambre. Soy un chico humilde de una familia humilde. En Santa Fe nos hicimos famosos por cómo jugábamos en el barrio y la gente nos paraba por la calle para felicitarnos. Cuando llegué a Varela también me hice una fama, pero no descarrilé: aprendí mucho con lo que les pasó a mis hermanos y me fueron quedando enseñanzas. Hace casi ocho años que estoy en Buenos Aires y nunca me importó salir al boliche. Hoy, si sos futbolista, eso te tira para abajo.

La tragedia marcó la vida de los Fernández el 13 de agosto de 2012: David, el segundo de los diez hermanos, se disparó con su propio revolver luego de protagonizar un accidente en moto. Tenía 18 años. Murió en el hospital.

¿Cómo te afecto?

Es duro. Yo estaba en Buenos Aires con Leandro y Brian. A Leandro le tocaba debutar en Ferro y tuvimos que partir para Santa Fe cuando supimos que había tenido un accidente. Es triste, hasta que caes en que se fue pero lo vamos a recordar con lo mejor. Nuestra vida sigue y la fuerza de él siempre nos llega. Lo recordamos en cada situación y en cada partido.

Uvita, sobre sus hermanos David y Brian:

Dos años más tarde, en 2014, los tres Fernandez compartieron una pretemporada en Defensa. Leandro se fue a Guatemala a las pocas semanas; Brian pasó a Racing al año siguiente, donde comenzaron los problemas: fue suspendido por doping de cocaína, “prestado” a Sarmiento, Metz y La Calera y luego transferido a Necaxa.

¿Cómo viviste lo que pasó con Brian?

Me puse triste porque es mi hermano. Es un gran futbolista y que haya pasado por eso es feo. A la familia lo afectó; a mí también. He llorado día y noche por las cosas que le pasaban. Él no se da una idea del potencial que tiene. Si no fuera por esto que pasó, sería un jugador de la Selección Argentina. Él sabía que estaba muy mal pero lo seguía haciendo. Por suerte hoy en día se terminó y está disfrutando de sus goles.

¿Que sentís cuando tu nombre aparece entre las revelaciones de la Superliga?

Es un privilegio tremendo, pero si hay una cosa que aprendí es que me tengo que enfocar en mi mismo y que si alguien me quiere es porque estoy haciendo las cosas bien. Sería lindo poder irme a un lugar mejor, pero en Defensa me siento como en casa, es mi lugar y estoy contento. No me vuelve loco ir a un grande o a Europa: al único lugar que puedo decir que iría es a Unión de Santa Fe.

Su fanatismo por el Tatengue: