Hallan restos de pipas y vasijas de 1.500 años de antigüedad en plena Cordillera
Restos de pipas y vasijas de cerámica, una de ellas en perfecto estado de conservación, semillas, cuentas de collar, huesos de animales y puntas de flechas son parte de los restos arqueológicos recuperados de una antigua población indígena que habitó el sur de Mendoza hace 1.500 años, a más de 3.400 metros de altura y en plena cordillera de Los Andes.
“El resultado de la campaña arqueológica que finalizó anoche fue alentador. Excavamos habitaciones que los indígenas construían con rocas y de las 130 que creíamos que existían, hallamos un total de 200”, informó hoy el doctor en Ciencias Naturales, Gustavo Neme.
Durante dos días a caballo para llegar y dos semanas de arduas tareas, investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), del Museo de Historia Natural de San Rafael y la UTN trabajaron en el sitio arqueológico ‘El Indígeno’, a orillas del río Barroso, a 3.400 metros sobre el nivel del mar, libre de nieve solo entre los meses de enero a marzo.
“Desde hace al menos 1.500 años ese lugar fue utilizado por poblaciones prehispánicas de los actuales territorios de Argentina y Chile para intercambiar víveres, cueros e incluso regalos. Además, explotar las poblaciones de guanacos que iban a pastar a las vegas cercanas” explicó el arqueólogo Neme, a cargo de la expedición.
Se trata de un antiguo sitio arqueológico que había sido descubierto por unos andinistas que recorrían esa zona hace cincuenta años y que luego fue visitado por arqueólogos que hallaron allí unas 130 pircas.
“Hoy podemos decir, gracias a la ayuda de un drone y a las nuevas tecnologías, que son 200 estructuras habitacionales que tienen un riquísimo registro arqueológico y que pueden caracterizar a gran parte de las poblaciones humanas de al menos 1.500 años atrás”, aseguró el arqueólogo Adolfo Gil, quien comandó las tareas junto a Neme y Miguel Giardina, los tres investigadores del Conicet.
Con al financiamiento de la Fundación Williams, y con ayuda de colegas norteamericanos de la Universidad de Nevada, los investigadores pudieron avanzar con los estudios encarados por el fundador del Museo de Historia Natural de San Rafael, Humberto Lagiglia, quien realizó los primeros trabajos en esa zona hace décadas.
“Se trata de construcciones muy simples, semicirculares, de piedra y de unos cuatro metros de diámetro por una altura promedio de un metro, que pudieron haber sido protecciones contra el viento y donde aún es posible ver el armado de fogones”, relató Gil.
En tanto Giardina descartó que se tratase de Incas “por el tipo de construcción y la antigüedad confirmada”, ni tampoco Huarpes ni Puelches, que eran los grupos que habitaron esta región del sur de Mendoza, “pero sí que estos grupos eran cazadores recolectores nómadas con fuerte influencia de Chile”.
Giardina indicó que entre los hallazgos, se destacan restos de guanacos y algunas aves, una muestra interesante de semillas carbonizadas, semillas y marlos de maíz, una olla completa de cerámica, enterrada a propósito para su conservación, tubos de pipas, puntas de flechas de distintas rocas y numerosas cuentas de collares.