Golden State igualó la final en 2 tras ganar de visitante
Fue por 21 puntos, 103 a 82 y de visitante. Los mejores de Golden fueron Curry y Andre Iguodala con 20 puntos cada uno . Ahora se viene el quinto juego en Oakland el próximo domingo.
¿Presión? ¿Temor ante una situación límite? No, nada de eso tuvo Golden State. Estar abajo y muy incomodo consigo mismo no desenfocó al equipo de Steve Kerr, quien con un ajuste pareció despertar a sus dirigidos. Apostó a una formación más baja que lo devolvió a su hábitat de jugar a un ritmo mucho más alto. Y en ese terreno, estos Cavaliers con una rotación corta y desgastada tienen poco para hacer. Los Warriors se reencontraron y dieron una enorme muestra de carácter en Cleveland, ganando 103-82 para empatar estas Finales (2-2). Ahora volverán a casa con otra confianza para encarar el juego 5, que será el domingo.
Kerr movió las fichas y pegó un golpe de timón para comenzar: mandó a Bogut al banco y puso a Iguodala entre los titulares para buscar un equipo más bajo, con Green como pivote. De movida, Cleveland lo cacheteó con un 7-0 furioso, pero Curry lo despertó con un triple y de a poco empezó a imponer condiciones para pasar a dominar. Y todo porque pudo levantar el ritmo de juego, corriendo, haciendo todo más rápido, con mayor intensidad y arriesgando con posesiones cortas. De esa manera tuvo éxito en la temporada y así se siente más cómodo. Por eso no sorprendió que el mal inicio se transformara en un 31-24 tras el primer cuarto, con un gran Iguodala (9) y el despertar de dos que venían desaparecidos como Green y Barnes (5 cada uno), mucho más acertados y agresivos.
Si bien en el segundo cuarto bajaron un poco el ritmo frenético, los Warriors siguieron controlando el ritmo. David Lee, más arriba en la rotación, dio una mano importante (6 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias) por tener mejores recursos ofensivos que Bogut; Green al fin pudo ser ese motor de energía que contagia en los dos lados con su entrega y agresividad (13 tantos en el primer tiempo); y el resto redondeó una tarea balanceada que no necesitó de versiones brillantes de Curry (8) y Thompson (7) pero que mostró gran seguridad y contundencia (14 asistencias y sólo dos pérdidas).
Atrás, el trabajo defensivo fue más que bueno. Si bien la visita sufrió los centímetros de Mozgov y Tristan Thompson (23 puntos y 11 rebotes combinados), pudo controlar a LeBron James (que encima sufrió un golpazo contra una cámara que le produjo un corte en la cabeza), doblándolo algunas veces y limitándolo a sólo 10 unidades (4-12 campo). Con los Cavs tirando un 37% de cancha (2-13 triples), Golden State llegó a sacar 15 de ventaja (48-33) antes del 54-42 con el que llegó al descanso largo.
Los Warriors entraron livianos a la vuelta del vestuario y Cleveland no lo dejó pasar. Bajó el ritmo, empezó a hacer daño con su defensa y LeBron se hizo dueño del control, mucho más agresivo y con gran lectura de juego (10 y 4 asistencias en el 3º). Además, Mozgov y Thompson lastimaron con enorme carga al rebote ofensivo (7 en el cuarto) que les permitió puntos de segundas opciones. La visita se mostró confundido y no tuvo variantes, aunque un triple oportuno de Curry en el cierre del período lo mantuvo tranquilo (76-70).
Pero claro, Golden State recuperó la memoria, ajustó atrás y empezó a correr, sobre todo con Curry, quien hizo de las suyas y estiró la ventaja a 13 (85-72) tras una flotadora y un triplazo. Iguodala trajo dos bombazos más, Livingston hizo lo suyo y Curry le puso el sello con otro golazo a 3m06 del cierre (98-79).
El MVP terminó con 22 puntos (8-17 cancha), 6 asistencias y 2 rebotes en 41 minutos. Aunque Golden State no necesitó de su mejor versión, ni tampoco la de Klay Thompson (9 tantos) para ganar con autoridad. Claro, los actores de reparto sacaron la cara, sobre todo Andre Iguodala, gran figura por sus intangibles, como la defensa sobre James, acompañados por 22 tantos y 8 rebotes. Green (17, 7 y 6 asistencias) y Barnes (14) también hicieron lo suyo. ¿Y los grandotes? Bogut estuvo apenas 3 minutos en cancha, Speights jugó un par de minutos basura y Ezeli no pisó cancha. Kerr cambió y encontró resultados.
Mozgov se hizo dueño de la pintura y terminó con 28 puntos y 10 rebotes en los Cavs, pero Golden State eligió convivir con esa tarea del ruso. En cambio, si logró frenar a LeBron, quien terminó con apenas (sí, hay que usar esa palabra teniendo en cuenta lo que venía haciendo en la serie) 20 tantos, 12 rebotes y 8 asistencias, con 7-22 de campo y 5-10 libres. Ah, no anotó en el último cuarto, toda una señal de que el desgaste lo afectó (traía un promedio de 47.3 minutos por encuentro en las Finales). Sacando al pivote ruso, no hubo otras grandes respuestas dentro de unos Cavs que terminaron con un muy bajo 33% de cancha (4-27 triples).
Un ajuste de Kerr puso a Golden State sobre ruedas para evitar lo que evitó durante todo el año: perder tres partidos seguidos. Y sabe que, jugando de esta manera, a Cleveland se le complicará muchísimo seguirle el ritmo. Esta vez, los Warriors bajaron para subir. ¿Aprovecharán su momento ante unos Cavs que parecen ir quedándose sin nafta en el tanque?
Fuente: Olé.