Francisco detuvo el papamóvil para hacer especial pedido a una compatriota
El Papa Francisco se desplazó con el papámóvil por el centro de la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, y mientras estaba saludando a los fieles, una joven argentina llamó su atención y ordenó que detengan el vehículo para poder hacerle un pedido a la joven.
El Sumo Pontífice señaló el mate y el termo que la residente de Berazategui tenía en su mano y la mujer, asombrada, le convidó la infusión argentina.
Yamina, de 28 años, reside en la localidad bonaerense de Berazategui y tenía programado viajar hacia Indonesia en mayo. Sin embargo, canceló su viaje debido a que le detectaron esclerosis múltiple. “La enfermedad no me dejó viajar meses atrás. Una vez que me mejoré un poco, organicé un nuevo destino. Tenía la esperanza de conocer al Papa”, dijo.
Este miércoles, la joven acudió al Vaticano a las 6 de la mañana para hacer la fila para presenciar la audiencia general que realiza el Sumo Pontífice todos los miércoles en el centro de la Plaza de San Pedro. “Tenía miedo de no poder entrar por la cantidad de gente que quiere asistir. Por eso, decidí llevar mi mate y desayunar en el lugar”, dijo.
A las 9 de la mañana, el Papa comenzó su recorrido en el papámóvil saludando a los fieles. En la primera vuelta, unas catequistas que estaban cerca de Yamila vieron que la chica tenía el termo y el mate en su mano y le dijeron a la joven que le ofrezca uno al Sumo Pontífice. Sin embargo, la vergüenza le ganó a la chica y se quedó inmóvil, disfrutando del momento tan esperado.
Francisco detuvo el papamóvil para tomar un mate pic.twitter.com/vHaPlJPvi9
— Crónica VIRALES (@CronicaVirales) 20 de junio de 2019
En la segunda vuelta, Francisco advirtió las pertenencias argentinas de la joven y, sin dudarlo, pidió que detengan el papamóvil de inmediato. Luego, señaló el termo y el mate. La joven, con sus manos casi temblando, llenó de agua el recipiente con yerba y se lo dio al seguridad del Sumo Pontífice, que fue quien se lo alcanzó al Papa.
En el video grabado por un testigo puede verse como la chica, con un rosario en su muñeca, preparó el mate para el Papá. “Le dije que era amargo, me respondió que estaba muy rico y me agradeció”, contó.
“Fue un año muy difícil, se me cayó el mundo cuando me detectaron la enfermedad. Una vez que mejoré, programé estar un míercoles en Roma para poder visitar al Papa. Dios sabe lo que tu corazón desea. Yo quería verlo y tener contacto con él. Sin buscarlo, lo logré. Fue una experiencia única.
Valió la pena pasar horas bajo el sol”, dijo la joven que pasó 7 horas a la luz de los rayos en una jornada que superó los 30 grados de temperatura.
(Crónica)