Federico Luppi: "Si fuera posible la re-reelección, elegiría a Cristina"
El reconocido actor, que acaba de estrenar la obra “Ojo por ojo” junto a Érica Rivas, habló con Infobae acerca de su cuestionada relación con el oficialismo, el delicado momento económico que atraviesa el país y hasta del reciente discurso de Máximo Kirchner. Y admitió: “Boudou está dañando al Gobierno”.
Aunque el presente lo encuentra deslumbrando como protagonista de la flamante puesta de Ojo por ojo, el genial clásico de August Strindberg, Federico Luppi reconoce que el 2013 fue un año complicado laboralmente y lo adjudica a su cercanía con el kirchnerismo. “Cuando tenía que hacer notas o promocionar una gira notaba resistencias emparentadas con pegoteos ideológicos”, confesó a Infobae.
-La creencia suele ser que los actores cercanos al Gobierno son beneficiados.
Yo hace exactamente dos años que no hago televisión. A mí, la presencia del kirchnerismo ideológicamente planteado como tal en mi vida, materialmente no me ha dado nada.
-¿Nunca recibiste ningún subsidio ni te han ofrecido trabajo?
-No, para nada. No aspiro a que sea así y me parecería innoble que fuera de esa manera. Yo estoy en una etapa de mi vida, de la carrera, donde mis posibilidades laborales se angostan. Me quedan los personajes que tienen que ver con mi edad o con alguna tipología digna de ser explotada artísticamente. Ya no puedo hacer Romeo, no puedo subirme a un caballo y pelearme en el medio de la selva.
-Si tuvieras que elegir las tres mejores cosas que hizo el kirchnerismo, ¿cuáles serían?
Primero, la devolución a la política como un factor de cambio importante. Segundo, la devolución al Estado del papel fundamental en un país. Un país sin Estado es un país invertebrado. Y la otra es entender que los recursos no son de un grupito o de alguien. Son el conjunto del esfuerzo colectivo de la población y eso es para ser redistribuido, no para apropiárselo. Se trabajó mucho, bastante bien. Lo que yo no querría es que la gente piense que uno está apoyando una suerte de idealismo absoluto donde todo está genial. Hay metidas de pata, hay errores.
-¿Cuál ha sido el principal error a tu criterio?
Lo que me parece que hay que revisar profundamente, que es el trabajo más difícil en política, es la determinación de con qué gente se construye un país y no equivocarte en la elección de candidatos para tal o cuál puesto. Yo he visto ahora cuatro o cinco candidatos para cargos políticos que no me gustan.
-¿Te referís a los potenciales sucesores de Cristina?
Exactamente. Y eso implica una tarea de comunicación interna, de creación de vasos comunicantes fluidos, adultos, maduros, no empecinados en el partidito.
-¿A quién considerás un referente sólido dentro del Frente para la Victoria?
A mí me gusta mucho Rossi, por ejemplo. Me gusta de verdad. Lo he visto trabajar en la Cámara y es sensato, sincero, laburante, y hay mucha gente así.
-¿Scioli qué opinión te merece?
No me enloquece. No despierta en mí cataratas de entusiasmo, para nada. Tengo mucho temor porque he vivido a esa gente que permanentemente funciona con una especie de doble discurso, que se exhibe según el uso. Preferiría gente de una condición “palabrera”, si vale la expresión. Más exacta, más concreta, más comprometida y sin temor a la perdida.
-Boudou podría haber sido un referente, ¿defraudó en la gestión?
Yo creo que hay un equívoco ahí bastante serio, que tiene que ver con el momento político que vivimos. Se ha inventado esta moda del “denuncismo”. Hay que tener cuidado, porque a veces las denuncias se terminan transformando en una seria lesión para la estructura jurídica. ¿Por qué no da un paso al costado? Porque sería hacerlo en base a la presunción, no podemos con la sospecha echarte.
-Está claro, no se lo declaró culpable, ¿pero no daña al Gobierno?
Seguramente lo está dañando. No tanto por su propia dinámica sino por lo que dicen alrededor de él. Es una forma de decir: “Te tapo de denuncias de todo tipo hasta que te canses o hasta que te quiebres”, y no sé si es una buena política decirle que sí a eso.
-¿A Máximo cómo lo ves?
Lo escuché el otro día, vi el discurso entero. Para su juventud y para ser la primera vez, creo que estuvo razonable y equilibrado. Voy a ser un poco antipático: lo vi mucho mejor que varios referentes de la oposición.
-¿Se podría volver una figura política importante?
No lo sé. Creo que tuvo la virtud en ese discurso de ser cuidadoso, sensato y humilde. Mostró un acercamiento a la política bastante adulto.
-¿Considerás que apuntaba a la re-reeleción de Cristina?
No. A mí me llama la atención que interpreten eso. Lo que ha hecho él fue una evaluación de tipo política-afectiva. Tiene que ver con que esta mujer, que ahora no puede ser elegida, y que elige no estar, está representando un aspecto del kirchnerismo en política que tiene que ver con la supérstite. No hay nadie ahora que tenga el liderazgo de Cristina. ¿Quién lidera si no es ella?
-¿Dados los posibles candidatos, te gustaría que fuera posible la re-reelección?
Debo decirte con absoluto impudor que yo la elegiría otra vez. Me parece que en términos de eficacia, de liderazgo, de capacidad política, de muñeca y de análisis, realmente es una mujer valiosa. Tiene pegadas políticas importantes y serias, pero creo también que ya cumplió un ciclo que tiene que ver con la pérdida de un marido, enfermedades, el desgaste brutal de la salud en una tarea como esta en un país que es en ese sentido singularmente poco piadoso.
-¿Reconocés que la situación económica actual es compleja?
Me doy cuenta que es cierto que hay elementos distorsionados de la economía cotidiana. La inflación. Pero también hay, y no se dice, un permanente abuso en el mundo del comercio, restaurantes, fábricas de ropa, con precios que son inconcebibles. Cuando se plantea frente a eso la posibilidad de establecer una ley de regulación del consumo y de los precios, aparecen los gritos de gente que hace 40 o 50 años está juntándola con pala.
-¿Responsabilizar siempre a los formadores de precios no es, después de una década de gestión, no hacerse cargo de la responsabilidad política por decisiones tomadas?
¿Cómo sería no hacerse cargo?
-No se está resolviendo, y no hay una autocrítica. Se responsabiliza a los otros como si no fueran variables históricamente conocidas en la política.
Sí, es cierto. Pero ahí yo tendría que hablarte desde la experiencia. Tengo desde que soy adolescente hasta ahora vividas todas las etapas del país. Nadie puede contarme nada que yo no sepa de política. Toda la vida he escuchado a chantas, chorros, ladrones, miserables, incumplidores, cobardes, gente que se ha bajado en la primera de cambio los pantalones hasta las rodillas que luego habla. La pregunta elemental que uno se hace es: “¿Qué hicieron cuando estuvieron? Veo economistas que han destrozado el país, aumentado la deuda argentina, hecho desastres financieros tremendos. ¿Y salen por la televisión a dar soluciones?
-¿No sentís que se ha incrementado la pobreza en la Argentina?
Yo creo que hay bolsones donde todavía no ha llegado el progreso, el agua, la cloaca o lo que fuere, pero decir que hoy en la Argentina hay más pobres que hace diez años es una mentira espantosa, no es verdad. Hay un avance importante y hay un deseo ferviente de que no se vea. ¿No han habido avances tecnológicos, científicos? ¿No han habido vericuetos políticos importantes y serios? ¿No ha habido una presencia de Argentina absolutamente mayoritaria en todos los foros internacionales?
-Tal vez con una inflación del 40% anual, es muy difícil poder valorar eso hoy.
Esos datos me gustaría poder discutirlos algún día con elementos, no soy un economista. Hay inflación, yo lo reconozco, pero nadie te reconoce que hay abusos. Te voy a poner un ejemplo: se arregló una concertación de precios en todos los supermercados, y a la mañana siguiente ya estaban todos los precios nuevos con paquetes que tenían que estar impresos. La yerba pasaba de $14 a $24 porque era “yerba plus sin palo”.
-¿Qué opinas de un posible Macri presidente?
A mi no me hace feliz para nada. Mi sentido de la existencia, mi sentido de la vida, mi sentido de la alegría, mi sentido del trabajo, de lo solidario no tiene nada que ver con el mundo de Macri. Ni con su pensamiento, ni con su formación, ni con sus ideas sobre la existencia en general. No estoy rechazando a un señor porque pensamos distinto, no quiero parecer cruel tontamente. Estoy rechazando a alguien que, según mi concepto de la existencia, no piensa.
-¿Macri no piensa?
No. Piensa lo que ya sabemos que piensa, por supuesto.
-¿A Massa dónde lo ubicás?
En una muy débil franja de vacilaciones. Cuando alguien dice, por ejemplo, “voy a bajar los impuestos, voy a restaurar las retenciones”, estamos planteando un país desfinanciado que, para poder sostener la estructura económica, deberá endeudarse. ¿Otra vez lo mismo? Ya conozco ese ciclo.
-¿Binner te gusta más?
No. En términos de conceptualización de la política exhibe una pobreza franciscana. Además, ya lo ha dicho él públicamente, que en Venezuela hubiese votado a Capriles, que cree en la misteriosa mano del mercado. Decir hoy que uno cree en la política del mercado es una ingenuidad o un repechaje político bastante deficitario.
-De los precandidatos a quienes hoy los números favorecen, ¿a cuál elegirías?
Dame una terna.
-Scioli, Massa y Macri.
-¿Con quién me quedo de esos? Con ninguno, absolutamente con ninguno. Me elijo yo personalmente (risas).
-¿Le tenés miedo a la muerte?
No. ¿Cómo te lo explico? Había una película española llamada El Crimen del Capitán Sánchez, donde un Coronel enamorado de su hija, para que no se casara con un fulano de tal, lo mata. Cuando lo pescan, el capellán le dice: “Capitán, no se entristezca, ni se enfurezca, la muerte nos llega a todos” y él le dice: “Yo no le temo a la muerte, me da lástima dejar la vida”. Me gustaría estar un tiempo largo acá.
-¿Te arrepentís de algo? ¿Hay algo que te falte hacer?
Cosas que no hice, seguramente. Habría que copiar a Borges que decía: “Por qué no anduve más tiempo descalzo, o me metí más en los charcos o hice más la noche”. Hay cosas.
-¿No se va a dar nunca un encuentro con Leonardo, tu hijo?
Alguna vez puede ser que se dé. No tiene que ver con falta de educación o de voluntad, son cuestiones de tipo legal y complejidades familiares.
-¿Hoy no te interesa?
No es que no me interesa. Tiene que ver con el momento a elegir. Ahí hay cuestiones que tienen que ver con el comportamiento tanto de la madre como míos que no son conducentes para eso.
-¿Que probablemente lo exceden a él, no?
Seguramente que sí.
-Pero no descartás en algún momento…
No, para nada. La vida tiene en ese sentido esquinas bastante luminosas, seguramente que sí.
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