Especialistas rechazan la intención de la OMS de clasificar a la vejez como una enfermedad
Especialistas en gerontología, legisladores y organismos de derechos humanos rechazan la intención de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de incluir a la vejez en la nueva actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), ya que consideran que señalar esta etapa de la vida como una patología contradice las acciones internacionales que desde hace décadas apuntan a promover un envejecimiento saludable y puede impulsar políticas públicas equivocadas.
La onceava edición de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (International Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems – ICD) comenzará a regir, según está previsto, a partir de enero próximo y el documento preliminar puede consultarse en la página oficial del organismo.
La CIE es “el instrumento fundamental para identificar tendencias y estadísticas de salud en todo el mundo, contiene alrededor de 55 000 códigos únicos para traumatismos, enfermedades y causas de muerte. Proporciona un lenguaje común que permite a los profesionales de la salud compartir información sanitaria en todo el mundo”, sostiene la OMS en su web.
Asimismo, afirma que la CIE-11, que fue presentada en la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2019, “se viene elaborando desde hace más de 10 años, contiene mejoras significativas con respecto a las versiones anteriores”.
“Es como ir 70 años para atrás, es una decisión que atrasa y es contradictoria con las acciones que organismos internacionales, entre los que se incluye la misma OMS, vienen trabajando desde hace décadas en pos de una vejez saludable “, aseguró en diálogo con Télam Lia Daichman, presidenta interna del International Longevity Center para Argentina.
La especialista en gerontología remarcó que “hay muchísimas ONGs y agrupaciones que trabajan desde hace mucho tiempo para impulsar medidas que promuevan una mejor calidad de vida para esta etapa” y que la misma OMS “proclamó en diciembre pasado la Década del Envejecimiento Saludable (2021-2030)”.
Daichman consideró además que la OMS “es una organización muy importante” que “baja línea para todos los ministerios de salud del mundo, entonces que quiera poner a la vejez como enfermedad puede implicar un cambio en las políticas sanitarias” por lo que esta decisión es “una violencia contra los adultos mayores”.
La médica que ejerce desde hace más de 30 años explicó que la vejez “es una etapa del ciclo vital, como la niñez, no es una enfermedad” y que “se puede vivir bien o mal, y para eso los gobiernos tienen que tomar medidas, con políticas de salud y sociales que mejoren la calidad de vida”.
Ricardo Iacub, profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en Psicología de la Tercera Edad y Vejez, fue contundente ante la incorporación de este término a la CIE-11: “No tiene ningún sentido haberlo incluido después de tantos años de investigación donde quedó en claro que no hay elementos, no hay biomarcadores a nivel biológico que nos puedan dar cuenta que la vejez es una enfermedad”.
Y agregó: “Desde el siglo XIX se pensó que había una la vejez que tenía que ver con una patología que era la senilidad y una vejez que no tenía, lo cual tiene sus críticas, pero en ese momento fue una forma de limitar esa idea del envejecimiento como proceso patológico. Hoy podemos decir que la vejez de ninguna manera es una patología porque no hay algo biológico que la determine como tal”, explicó el especialista.
Asimismo, enfatizó en que considerar a la vejez como una enfermedad “es un efecto de reducción sumamente peligroso, un error conceptual gravísimo”.
Iacub remarcó la contradicción de la OMS que hace apenas seis meses emitió una resolución que establece al actual decenio como la década para promover un envejecimiento saludable y “ahora propone” esta nueva actualización de la CIE que, de concretarse, “conceptualmente no tiene razón de ser”.
Y añadió que colocar a la vejez como patología “es una actitud simbólica negativa, una violencia” y que este sector de la población “ya tuvo bastante durante esta pandemia en la que se lo ubicó en un lugar de fragilidad”.
“En el ánimo de ayudarlos, le negamos la posibilidad de decidir cuándo salir o de hacer determinadas actividades que para ellos son indispensables, no podemos permitir que ahora se los considere enfermos”, concluyó el especialista.