viernes, noviembre 22, 2024
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Encontraron en Italia la tumba del “niño vampiro” y resolvieron un enigma histórica

 

Un grupo de arqueólogos han descubierto en un asentamiento romano, la villa di Poggio Gramignano, en Lugnano in Teverina, Italia, una práctica funeraria sobre los restos de un niño de 10 años que ha dejado a los expertos desconcertados.

En este “entierro vampírico”, como lo han calificado, el menor recibió sepultura hace 1600 años, con una piedra en la boca, una práctica ritual llevada a cabo para evitar que los cadáveres se levantasen de entre los muertos.

“Nunca había visto nada igual. Es extremadamente espeluznante y raro”, dijo el arqueólogo de la Universidad de Arizona, David Soren, que ha supervisado las excavaciones en este lugar durante más de tres décadas. Según las pruebas analizadas a partir de los huesos del niño, conocido como el “vampiro de Lugnano”, el menor padecía malaria en el momento de su fallecimiento.

Se cree que la piedra en la boca se colocó para evitar que se propagase su enfermedad al resto de la comunidad. La tumba de ele menor es una de las últimas cinco sepulturas halladas en ese asentamiento, un cementerio de niños donde hay decenas de cuerpos y evidencias de prácticas de brujería, como huesos de sapo, garras de cuervos y calderos de bronce.

Este nuevo descubrimiento se ha dado a conocer esta semana. Por el momento, todavía se desconoce el sexo del esqueleto del niño “vampiro”, si bien es el más mayor de los cuerpos identificados hasta la fecha en ese lugar.

Según han indicado los arqueólogos, la mandíbula abierta y las marcas de dientes en la superficie de la piedra muestran que el objeto se colocó intencionadamente en la boca. Este tipo de entierros poco habituales han sido localizados en lugares tan dispares como Venecia donde en el 2009 fue encontrado enterrado el cuerpo de una mujer del siglo XVI, con una piedra en la boca y fue llamada “el vampiro de Venecia”, y en 2017 fue hallado en Northamptonshire, Inglaterra, el esqueleto de un hombre del siglo III o IV, sepultado boca abajo y con la lengua cortada y reemplazada por una piedra. (Clarín)

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