En River, todos acompañan a Ramón Díaz, pero tienen sus reservas y objeciones
Francescoli, como secretario técnico del club, se alineó con el mensaje del presidente D’Onofrio.
En jornadas agitadas, Ramón recibió caricias, pero también advertencias. Ayer fue el turno deEnzo Francescoli -el día anterior lo hizo con mayor crudeza el presidente Rodolfo D’Onofrio-, que con un mensaje medido intentó quitarle dramatismo a la situación. “No está confundido. Si lo estuviera después de 15 o 20 años que labura de esto sería que está en malas condiciones. Se está haciendo una historia. Si uno puede pensar que River perderá cinco partidos no estaríamos acá. Tiene la capacidad para revertir la situación. Ramón Díaz no tiene plazo. El límite se lo pone él mismo. Aunque no se puede jugar del modo que se jugó el domingo”, disparó el secretario técnico, que como el presidente realizó un raid mediático.
El uruguayo matizó sus palabras, aunque al igual que D’Onofrio -“quiere tanto al club que si le va mal me diría ?hasta acá llegué’. Él solo dará un paso al costado. Pero no creo que suceda. Tiene todo nuestro apoyo”, dijo la máxima autoridad en Núñez, 24 horas antes- marcó el terreno. “No creo que Rodolfo haya abierto una canilla innecesaria con lo que dijo. Se perdió y hay que bancársela, Ramón es el técnico y no nos va a llevar a un lugar de desesperación; acá hay sentido común”, comentó Enzo, en ese ida y vuelta.
La relación Francescoli-Ramón tuvo momentos de tirantez cuando el uruguayo era dirigido por el riojano. Ahora, Enzo prefiere no adentrarse en cuestiones tácticas y de manejo, ya que fueron las razones que provocaron las ríspideces en aquellos años de vueltas olímpicas. “Colaboro, como cuando jugaba, pero él es el técnico. Me sorprendió la salida de Teo [Gutiérrez], pero el DT tiene que tomar decisiones y el equipo estaba muy quieto. River pasa de ser un equipo corto a uno muy largo, no es por poner una línea de 3, doble cinco ; el problema es otro”, aventuró Enzo.
En silencio, interpretando cada palabra, Ramón reanudó los entrenamientos. El campeón San Lorenzo, en el Monumental, la exigente prueba de carácter y futbolística que deberá sortear el riojano. Una señal de fortaleza podría darle el público, como lo expresó Francescoli, en alusión al recibimiento que tuvo Carlos Bianchi, el domingo pasado, en la Bombonera. “Sería un estímulo para él, en un momento que te puede dar dudas”, señaló el uruguayo.
El riojano tiene varias aristas por resolver para el armado del equipo: no dispondrá de Kranevitter, acumuló cinco amonestaciones, aunque recuperará a Álvarez Balanta. Las decisiones de mayor trascendencia serán las que involucren a Ponzio -de flojos rendimientos; ayer mantuvo charlas con Emiliano Díaz, ayudante de campo e hijo del DT- y a Teo Gutiérrez, que fue reemplazado en el entretiempo con Colón; desistir de defender con tres zagueros, un movimiento táctico para acorazarse ante las críticas: para eso, Maidana, que se repone de un desgarro, será exigido, mientras que el juvenil Federico Vega ocuparía el lateral derecho.
Todos acompañan a Ramón, que conoce cuáles son las reglas en este juego: los resultados serán el único escudo que pueda protegerlo y no empujarlo a saltar al vacío.