jueves, noviembre 21, 2024
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En el Senado, Cambiemos le marca la cancha a Kicillof y ya pide la Defensoría del Pueblo

 

El Senado bonaerense quedó convertido desde esta semana en uno de los escenarios políticos claves para lo que será el arranque de la gestión de Axel Kicillof en la Provincia.

En la Cámara alta que presidirá Verónica Magario, el oficialismo del Frente de Todos será minoría frente a un bloque de Juntos por el Cambio que por ahora se mantiene unido, conserva la mayoría y ya envía señales para “marcarle la cancha” al nuevo Gobernador.

En la previa al período extraordinario de sesiones, que va a tener la declaración de emergencias y el presupuesto en el centro de la agenda, desde la nueva oposición comenzaron a alzar la voz para advertir que si bien acompañarán la gobernabilidad en la Provincia, no votarán “cualquier cosa que mande” Kicillof.

En ese marco, también mandaron un mensaje al Ejecutivo para reclamarle el traspaso del control de la Defensoría del Pueblo, hoy en manos del peronismo.

Con la nueva composición del Senado, que debutó en la sesión del miércoles pasado, el bloque de Juntos por el Cambio tendrá 26 de las 46 bancas, mientras que el Frente de Todos controlará 20. Es decir que, a diferencia de lo que ocurre habitualmente, la oposición será mayoría y tendrá la llave para sancionar o rechazar cualquier proyecto de ley.

Se trata de una situación difícil para el oficialismo, que tendrá que abrir negociaciones para conseguir número. Pero también para la flamante oposición.

“Estamos buscando el equilibrio porque tenemos vocación de acompañar la gobernabilidad y también debemos responder al 40 por ciento del electorado que nos votó para ser oposición. Va a ser un desafío y van a estar todos mirándonos a ver qué hacemos”, dice un senador vidalista, en medio de la mudanza de la tradicional mudanza de despachos del fin de cada gestión.

El debut de la relación entre oficialistas y opositores fue de acuerdos y “buena onda”. Los senadores de Juntos por el Cambio aceptaron bajar al recinto el miércoles, poco después de la jura de Kicillof, para votar los cambios en la estructura de ministerios y el pliego de designación de la nueva Directora General de Cultura y Educación, Agustina Vila.

Antes de esas formalidades, aceptaron en la mesa de negociación ceder la vicepresidencia primera del cuerpo, que está en línea de sucesión del Gobernador, al peronismo. Además, dieron el visto bueno para que Magario designe a los cuatros secretarios y prosecretarios Administrativos y Legislativos.

“No es algo habitual. Nosotros teníamos número y podríamos haber bloqueado esas designaciones. De hecho, siempre algunos de esos sillones son para la oposición”, señalan.

Pero las relaciones se empezaron a tensar con el correr de las horas. El episodio de los decretos de designación de funcionarios con procesos abiertos, en los que Kicillof habló de “persecución judicial y política” en su contra, abrió el jueves pasado las primeras grietas. “Cayó pésimo”, decían fuera de micrófono en el bloque que conduce Roberto Costa, donde empezaron a marcar la cancha a la Gobernación sobre la nueva etapa que se abre en la relación.

Las advertencias apuntan a lo que vendrá en las próximas semanas, que prometen ser agitadas en la Legislatura. Kicillof no sólo enviará un proyecto para declarar la emergencia en varias áreas (penitenciaria, social, entre otras) sino que también debe girar el Presupuesto y Ley Fiscal.

“Vamos a trabajar para dar gobernabilidad, pero no vamos a votar a libro cerrado. No le vamos a votar un aumento de Ingresos Brutos o una emergencia económica que le permita hacer cualquier cosa”, dijo un legislador de Cambiemos con fuerte peso en su bloque.

Además del capítulo impositivo, que es central, desde la oposición marcan la cancha con otros temas. “Vamos a defender el Fondo de Infraestuctura, que beneficia a los intendentes y no vamos a dejar que lo eliminen”, destacan.

POSIBLES RUPTURAS

Pero Juntos por el Cambio atraviesa también sus propios procesos internos que ponen el horizonte la posibilidad de que comiencen a producirse, como ocurrió en Diputados, salidas de integrantes para formar bloques minoritarios que negocien por su cuenta con el oficialismo. La “balcanización” del bloque opositor, que le daría a Kicillof una llave para sacar leyes, es por ahora una posibilidad lejana. Hasta la monzoista Ana Laura Geloso, a quien todos apuntaron como posible deserción de la bancada, por ahora da señales de quedarse.

Si se mantiene unido, el bloque que preside Costa irá por un objetivo que amenaza abrir un frente de conflicto. “Nuestra postura es que vamos a darle herramientas de gobernabilidad. Y la Defensoría del Pueblo claramente no es necesaria para gobernar. Nos corresponde a nosotros como oposición”, dicen.

Al frente del organismo de la Constitución se encuentra el peronista Guido Lorenzino, cuyo mandato vence el año próximo. Pero en Cambiemos algunos analizan hacer un planteo para que finalice antes y la oposición pueda nombrar allí a un representante. (Diario El Día)

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