El paro general de la CGT registró una amplia adhesión, debido a la falta de transporte público
Una amplia adhesión registró hoy el sexto paro nacional llevado adelante en contra de las políticas de la Casa Rosada, fundamentalmente debido a la falta de transporte público de pasajeros, ya que los gremios del sector se sumaron a la medida de fuerza. El Gobierno estimó que la huelga convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) y el líder camionero Hugo Moyano ocasionó pérdidas superiores a los 40.000 millones de pesos y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, remarcó: “Estamos hartos de los paros”.
En tanto, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, evaluó que “el paro tiene que ver con posiciones políticas de los sindicalistas, que están preocupados por el cierre de listas” en el marco de la campaña electoral 2019.
Desde temprano, militantes de izquierda y piqueteros se movilizaron en busca de cortar los accesos a la ciudad de Buenos Aires, quemaron neumáticos en Puente La Noria y generaron una escaramuza con efectivos de seguridad en Avellaneda. Allí, en cercanías del Puente Pueyrredón, el Ministerio que preside Bullrich desplegó una voluminosa valla hidráulica con la intención de evitar que los manifestantes se abalanzaran sobre las fuerzas del orden.
La cartera de Seguridad organizó un dispositivo similar para el cruce de la Ruta 197 y la Autopista Panamericana, dijo Bullrich, que precisó que eran de origen chino los camiones con las vallas hidráulicas empleados este miércoles. A lo largo de la jornada no se registraron incidentes de consideración, más allá de los breves disturbios en Avellaneda antes de que se desplegara la “supervalla”. La falta de transporte resultó determinante para que el paro general se sintiera realmente con fuerza tanto en el área metropolitana de Buenos Aires como en el interior del país.
En la Capital Federal y el Conurbano, numerosos comercios permanecieron con las persianas bajas este miércoles, en tanto en las calles únicamente circularon automóviles particulares y taxis conducidos, en especial, por sus dueños. En el sector público la paralización de actividades alcanzó niveles significativos en todo el país.
Después del mediodía, en el centro porteño, movimientos piqueteros y partidos de izquierda llevaron adelante un acto en la Plaza de la República, al pie del tradicional Obelisco porteño.
También se realizaron ollas populares en el marco de esta medida de fuerza nacional impulsada en contra de las políticas que lleva adelante la Casa Rosada. La huelga afectó no sólo el transporte urbano, sino también al sector aeronáutico, micros de larga distancia, movimiento marítimo y, al incluir a Camioneros, tampoco hubo transporte de mercaderías ni de caudales, ni recolección de residuos.
Tampoco se registró atención en bancos ni en dependencias públicas, ni funcionaron escuelas, universidades ni hospitales (solo guardias), mientras que el Sindicato Único de Trabajadores de los Peajes y Afines (SUTPA) confirmó este martes que se iban a levantar las barreras.
Finalmente, el paro afectó además a plantas industriales metalúrgicas, automotrices, de alimentación, textiles y calzado, mientras fue dispar la adhesión en locales comerciales del interior del país y restaurantes, bares y cafeterías.