jueves, noviembre 21, 2024
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El Papa pidió paz y reconciliación en Venezuela

Las palabras del pontífice se agregan a las que dirigió al pueblo venezolano el 11 de abril, cuando se realizaba el primer encuentro entre gobierno y oposición. Francisco dedicó parte de sus oraciones a derrotar el flagelo del hambre.

Desde Roma- El papa Francisco, en su tradicional mensaje y bendición Urbi et Orbi –a la ciudad y al mundo– del día de Pascua, no sólo pidió por la paz en el mundo, mencionando a numerosos países y en particular a Venezuela, sino que pidió “derrotar el flagelo del hambre, agravado por los conflictos y los inmensos derroches de los que a menudo somos cómplices”. Más de 150 mil personas, según el Vaticano, presenciaron la misa de Pascua celebrada por el pontífice en una plaza de San Pedro decorada con miles de flores multicolores regaladas por Holanda. Al concluir la misa, el Papa subió al Papamóvil para entrar a la basílica por una puerta lateral, ya que desde su balcón central dirigiría la bendición Urbi et Orbi. Esta bendición, que se realiza sólo dos veces al año, en Pascua y en Navidad, es una oportunidad que los pontífices aprovechan para expresar sus ideas sobre los conflictos y apuntar su dedo contra los problemas que, a su modo de ver, deben ser resueltos por la jerarquía política y económica mundial. Porque según Francisco es necesario “salir de sí mismos para ir al encuentro con el otro, estar al lado de los heridos por la vida, compartir con quien carece de lo necesario y permanecer junto al enfermo, al anciano, al excluido”.

“Te pedimos por Venezuela, para que los ánimos se encaminen hacia la reconciliación y la concordia fraterna”, dijo Francisco en el mensaje de ayer. Sus palabras se agregan a las que dirigió al pueblo venezolano el 11 de abril, en ocasión de realizarse la primera reunión de gobierno y oposición por la pacificación. El pontífice recordó entonces que “la violencia no lleva jamás a la paz y al bienestar sino que genera nueva violencia”. El gobierno de Nicolás Maduro y la oposición esperaban una mediación del Vaticano, pero éste informó que se está evaluando la situación. Poco después de las palabras del Papa, grupos de solidaridad con Venezuela desplegaron algunas pancartas en la plaza de San Pedro con un dibujo del fallecido líder Hugo Chávez y la frase: “Paz, amor, diálogo y justicia social para Venezuela”.

El papa Francisco también centró buena parte de su mensaje pascual en “los indefensos, especialmente niños, mujeres y ancianos, muchas veces sometidos a la explotación y el abandono”, dijo. Pero también en los inmigrantes, por los que desde que asumió el pontificado ha tenido una especial predilección. Su primer viaje fuera de Roma fue, en efecto, a la isla italiana de Lampedusa, en el Mediterráneo, en cuyas aguas han muerto miles de inmigrantes africanos que intentan llegar a Europa en busca de una vida mejor. “Conforta a quienes han dejado su propia tierra para emigrar a lugares donde poder esperar en un futuro mejor, vivir con dignidad y, muchas veces, profesar libremente su fe”, agregó el pontífice en su plegaria.

Que “cesen todas las guerras”, dijo además Francisco, y acto seguido pidió por Siria, “la amada Siria”, dijo, y por aquellos “que sufren las consecuencias del conflicto, para que puedan recibir la ayuda humanitaria necesaria; que las partes en la causa dejen de usar la fuerza para sembrar muerte, sobre todo entre la población inocente, y tengan la audacia de negociar la paz, tan anhelada desde hace tanto tiempo”. El Papa viene bregando por la paz en Siria desde hace meses, en particular desde que una población inerme fue atacada con gas nervino y de eso fue acusado el gobierno sirio. Francisco organizó una jornada de ayuno y plegaria por Siria en todo el mundo y hay quien dice que eso frenó en cierta forma los ímpetus invasores norteamericanos y favoreció que Estados Unidos y Rusia se sentaran a hablar y permitieran el accionar de la ONU, que al final demostró que el gas no pertenecía al ejército sirio.

Francisco también mencionó a Ucrania, donde la península de Crimea, que pertenecía a su territorio y acaba de ser anexada a Rusia, ha generado un serio conflicto internacional. “Rezo para que todas las partes implicadas, apoyadas por la comunidad internacional, lleven a cabo todos los esfuerzos para impedir la violencia y construir, con un espíritu de unidad y de diálogo, el futuro del país”, dijo Francisco. Asimismo pidió a Dios que se pueda curar a “los hermanos afectados por la epidemia de ébola en Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia, y también a los que padecen otras enfermedades que se difunden por la incuria y por la extrema pobreza”. Y elevó su plegaria por las víctimas de la “guerra fratricida en Irak”, por la reanudación de las negociaciones entre israelíes y palestinos, para que se pongan fin a los enfrentamientos en la República Centroafricana, a los ataques terroristas en Nigeria y a la violencia en Sudán del Sur.

La Semana Santa, que terminó con las celebraciones de Pascua, fue una oportunidad también para que el “limosnero del Papa”, como se llama al prelado encargado de dar limosnas a los desesperados por encargo del pontífice, saliera el Viernes Santo por la noche, prácticamente cuando Francisco estaba siguiendo en el Coliseo el Via Crucis, y regalara una tarjeta de augurios de Buena Pascua firmada por Francisco y unos 50 euros a cada uno de los linyeras sin casa que duermen a la intemperie o bajo los puentes en algunos barrios de Roma.

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