El motivo por el cual un condenado a muerte en EE.UU. renunció a su última comida
Un presidiario condenado a muerte en el estado de Tennessee, EE.UU., ha renunciado a su última comida solicitando que esta sea utilizada para alimentar a personas sin hogar, informa el portal de noticias The Tennessean.
Donnie Edward Johnson, cuya ejecución está prevista para este jueves, anunció su decisión un día antes de recibir la pena máxima.
Según establece la ley local, los reclusos que se encuentran en el corredor de la muerte disponen de un máximo de 20 dólares para gastar en su última comida. Pero, en vez de ello, el hombre optó por recibir el mismo menú que el resto de los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Riverbend.
En palabras de Kelley Henry, el abogado de Johnson, la decisión de su defendido fue inspirada por el convicto sentenciado a muerte Philip Workman, quien, antes de ser ejecutado en el mismo estado en 2007, pidió que el dinero disponible para su última comida fuese utilizado para comprar pizzas vegetarianas para los sintecho.
A pesar de que en aquella ocasión el personal penitenciario ignoró la voluntad de Workman, varias personas apoyaron la idea y enviaron numerosas pizzas a un refugio para personas sin hogar. A su vez, Johnson espera lograr un efecto similar.
“El señor Johnson comprende que sus 20 dólares asignados no alimentarán a muchos sintecho”, pero “su pedido es que aquellos que lo han apoyado proporcionen una comida a una persona sin hogar”, explicó el abogado.
Johnson, de 68 años, recibió la pena máxima por asesinar en 1984 a su esposa Connie Johnson, a quien asfixió insertándole una bolsa de basura por la garganta.
Ya en el corredor de la muerte, el convicto se adhirió a la Iglesia Adventista del Séptimo Día e incluso llegó a oficiar servicios religiosos para sus compañeros. Su defensa solicitó clemencia para él enfatizando su transformación espiritual, e incluso la hija de su asesinada esposa —adoptada por el hombre— se unió al pedido de suspender la ejecución.
Sin embargo, tras revisar detenidamente el caso, el gobernador Bill Lee decidió mantener firme la sentencia de muerte.