El imitador de Luis Miguel contó una insólita confusión de una revista
El gran parecido físico de Andrés Rey con Luis Miguel es explotado hace más de dos décadas, más allá de lo imaginable. La relación entre el actor y el cantante nació un poco por necesidad y otro poco por casualidad, tal como el argentino reveló en una nota con Los Ángeles de la Mañana: “Todo empezó cuando empecé a hacer el despiste de la prensa y los fanáticos de Luis Miguel, que no fue buscado por mí, ya que soy de Saladillo en la provincia de Buenos Aires. En ese entonces yo quería ser ingeniero. Pero en ese entonces él se hospedaba en el hotel Four Seasons, y como no podía dormir, descansar ni hacer nada, llegué ahí por un allegado”.
Luego, Andrés Rey contó cuáles fueron sus impresiones al conocer personalmente a Luis Miguel: “Lo vi muchas veces. Es un profesional de primera, encantador. Es muy educado”. Hasta que Florencia de la Ve le pidió que explique cómo llegó al hotel cinco estrellas, y el doble se explicó: “Pasaron muchas cosas, porque yo saludaba desde el balcón. A veces era él, otras era yo”.
Sobre el final, Andrés Rey confesó una insólita anécdota durante una de sus personificaciones de Luis Miguel: “Nunca di entrevistas como si fuera él, pero muchas veces los periodistas me preguntaron si era Luis Miguel. Por ejemplo, si buscan en el archivo de la revista Caras, en la portada del año noventa y pico, en la pileta del hotel Four Seasons, el que está tomando sol en la pileta era yo. Entonces, hicieron un juicio contra la editorial, y en ese momento la revista perdió muchísimo dinero, porque no era Luis Miguel el de la foto. Pasa que cuando me contratan, yo no me responsabilizo por cómo me presenta la persona que me presenta. A mí me decían que actúe y hable como Luis Miguel“.
Por otra parte, para creer o reventar, el actor que trabaja de realizar shows tributos al auténtico astro, aseguró que no se hizo ningún tipo de operación ni ajuste en su dentadura para asemejarse a Luismi, salvo tratar de mantener el mismo peso que el original, lo que implica aumentos y descensos permanentes. (Ciudad Magazine)