El desempleo bajó a 8,7% y afecta a 1,6 millones de argentinos
El Conurbano, Rosario y Mar del Plata son las regiones con mayores problemas.
Con un importante efecto estadístico por la caída de la tasa de actividad, la desocupación bajó casi medio punto en el segundo trimestre del año con relación al mismo período del año pasado y se ubicó en un 8,7%. El flagelo afecta a 1,6 millones de personas si se proyecta a todo el país la medición oficial sobre los 31 aglomerados que mide el Indec. Hay 4,7 millones de ciudadanos tienen aún problemas de empleo en el país.
La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del organismo estadístico difundió esta tarde el número para el segundo trimestre de este año. Tras la manipulación durante el kirchnerismo de los datos de inflación, pobreza y empleo -entre otros- en el país, se trata del primer índice bajo la gestión del presidente Mauricio Macri que puede ser comparable interanualmente. No se trata de una información menor en un mercado con fuerte estacionalidad como el argentino.
El último dato del organismo estadístico difundido por el instituto fue el del primer trimestre de este año: registró un desempleo de 9,2%, una décima por debajo del 9,3% del segundo trimestre de 2016, porcentaje que los especialistas en el mercado laboral usarán para comparar si mejoró o no el empleo. Vale una aclaración. El segundo trimestre del año pasado fue el período de mayor contracción de la economía en el primer año de gestión de Macri, lo que diseña una base beneficiosa para el oficialismo a la hora de hacer una comparación.
Sin embargo, los números del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) vienen mostrando desde mediados del año pasado una mejora a cuentagotas de la cantidad de empleados registrados en el país. Esto se da principalmente en el sector de la construcción fogoneado por la obra pública. En un principio, la mayor cantidad de trabajadores se focalizó en los monotributistas pero en los últimos meses también los asalariados privados registrados subieron en cantidad. Sin embargo, los datos del primer trimestre del Indec reflejaron que si bien el trabajo registrado mejoraba, no lo hacía el número de informales, que caía. Se trata de una variable importante en un país con un 30% de trabajo en negro (50% si se tiene en cuenta al cuentapropismo, según diferentes índices de la UCA y la OIT).