jueves, noviembre 21, 2024
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El cambio climático reducirá el oxígeno de los océanos hasta un 4 % en 2100

 

El inventario mundial de oxígeno del océano disminuyó un 2 % entre 1960 y 2010 y se prevé que para 2100 esa cantidad se reduzca entre un 3 y un 4 % adicional a causa del calentamiento global, con efectos dramáticos sobre los hábitats y las economías costeras, según un estudio presentado en la COP25 en Madrid.

El informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en ingles) ‘La desoxigenación de los océanos: un problema de todos’, se conoció ayer en la XXV Conferencia de Naciones Unidas Sobre Cambio Climático (COP25).

La pérdida de oxígeno oceánico está muy relacionada con el calentamiento y la acidificación de los océanos debido al aumento de dióxido de carbono (CO2), que a su vez es consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y de la llamada fertilización de los océanos, según el trabajo, informó EFE.

La mayor parte del exceso de calor retenido por la Tierra es absorbida por los océanos, lo que inhibe la difusión del oxígeno de la superficie a las profundidades, y el aumento de nutrientes que llegan a través de los ríos promueve la proliferación de algas y el aumento de la demanda de oxígeno, dijo Dan Laffoley, del programa de Ciencia y Conservación marina de la IUCN.

Según el informe, el promedio mundial de desoxigenación esconde unos cambios locales que podrían ser más severos en latitudes medias o altas y así, algunas simulaciones de modelos océanicos proyectan para 2100 una disminución del stock de oxígeno de los océanos de hasta un 7 % en un escenario sin cambios.

El estudio identificó más de 900 zonas costeras y mares semicerrados en todo el mundo objeto de los efectos de la eutrofización (enriquecimiento excesivo de las aguas con nutrientes o materia orgánica).

De ellas, más de 700 tienen problemas de hipoxia (falta de oxígeno) -en la década de los 60 eran 45- y el volumen de aguas completamente agotadas de oxígeno se cuadruplicó, según el informe.

Los investigadores señalan que la combinación de la hipoxia inducida por la eutrofización se puede revertir si se adoptan las medidas necesarias, pero la hipoxia causada por el calentamiento del planeta es más difícil de combatir.

Por eso, urgen a acometer un “esfuerzo drástico” de reducción de las emisiones de GEI para atenuar el índice de disminución del oxígeno de los océanos del mundo o desoxigenación, un nuevo problema de importancia mundial aún desconocido, indicó la profesora Lisa Levin, del Scripps Institution of Oceanography.

John Baxter, experto en Áreas Protegidas de la IUCN, señaló que aunque se conocen las causas, no se presta atención a las consecuencias que este fenómeno tendrá a largo plazo para la salud humana, la economía y la sociedad, entre ellas la pérdida de biodiversidad, cambios en la distribución de especies, desplazamiento o reducción de los recursos pesqueros y cambios en los ciclos biogeoquímicos. (Télam)

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