El ARA Salta, el único submarino operativo de la Argentina tiene fallas graves
Son anomalías similares a las detectadas en el ARA San Juan. Un informe de la Inspección General de la Armada, habla de limitaciones en la vida útil de las baterías, pérdida de aire y dos radiobalizas obsoletas.
El ARA Salta, que se convirtió, tras la pérdida del ARA San Juan, en el único submarino con el que cuenta la Armada, al menos hasta que finalice la reparación del ARA Santa Cruz, en los astilleros de Tandanor. Y su estado no es el mejor y así lo refleja un informe que presentó en 2016 el entonces Inspector General de la Armada, Guillermo Luis Lezama, al exjefe del Estado Mayor de la Armada, Marcelo Srur. Ahí, se asegura que la nave “presenta deficiencias en su equipamiento operativo”.
El documento enumera faltantes y fallas, similares a los inconvenientes que sufría el ARA San Juan. La anomalía más importante es la limitaciones en la vida útil de sus baterías, que según expertos y excomandantes de la Armada consultados por este sitio puede resultar el mayor peligro de una embarcación de esta clase.
“Si son exigidas de forma excesiva, las baterías pueden liberar hidrógeno, degradar la estabilidad de los electrodos y provocar una explosión”, explica uno de ellos.
La lista continúa: el ARA Salta cuenta con dos radiobalizas obsoletas cuya frecuencia no es compatible con el sistema de comunicaciones SAR, una consola de control en modo automático fuera de servicio y un sistema de antena HF de emergencia que tampoco funciona.
A su vez, el mástil del periscopio de observación de la nave está fuera de servicio y la unidad tiene una pérdida de aire por la junta de dilatación del túnel de la línea de eje en el tanque de lastre N 1. Además, el sonar pasivo es, según describe Lezama, “muy poco confiable” para navegar en inmersión.
Los problemas no son solamente mecánicos y técnicos. La nave tiene nueve salvavidas de maniobra obsoletos que no pueden repararse y no cuenta con equipamiento sanitario básico para operar: faltan dos tubos de oxígeno ultralivianos y mochila transportadora. Incluso, no cuenta con un botiquín de emergencia transportable.
Por otra parte, el sistema de dosificación del oxígeno tiene vencida la prueba hidráulica desde el año 2000 y los botellones del sistema de aire comprimido tienen vencida su prueba hidráulica, cuya última aprobación se hizo en 1995.
Este conjunto de irregularidades provocó que la conclusión de Lezama sea contundente: ”Los submarinos en Servicio de Comando de las Fuerzas de Submarino no cumplen los mantenimientos en dique seco con la periodicidad preestablecida”.
En 2017, el ARA Salta fue reparado en los astilleros SPI de Mar del Plata. Las tareas de mantenimiento, en buena medida, no suplieron estos problemas: se le realizó pintura del casco, limpieza de los tanques, reparación de tuberías de circulación de agua, mecanismos del timón, planos laterales de popa y proa y línea de eje y portahélice.
Por estos días el submarino pasa buena parte del año en la Base Naval. Desde la Armada aseguran que su inoperatividad se debe a cuestiones “presupuestarias” y no operativas.