EEUU no exigirá a sus ciudadanos un pasaporte de vacunación contra el coronavirus
La Casa Blanca dejó claro hoy que no considera la imposición de cualquier forma de pasaporte sanitario de vacunación contra el coronavirus a los ciudadanos estadounidenses y señaló que si bien el sector privado podrá desarrollar sus propios certificados al respecto, ninguno de ellos estará respaldado por el Gobierno de Joe Biden, una idea que en los últimos días generó una fuerte resistencia entre los conservadores del país y que ya prohibieron los estados de Florida y Texas.
“El gobierno no apoya ni apoyará ahora un sistema que requiere que los estadounidenses porten una credencial; no habrá una base de datos federal de vacunas ni un mandato federal que requiera que todos obtengan una única credencial de vacunación”, dijo la vocera presidencial, Jen Psaki.
Los llamados pasaportes de vacunas se promocionaron no sólo en Estados Unidos, sino también en la Unión Europea (UE) como una herramienta potencialmente poderosa para reabrir países de manera segura a reuniones masivas y viajes.
Sin embargo, la idea provocó un rechazo generalizado ante preocupaciones relacionadas con la privacidad u otros abusos de los derechos civiles.
En ese sentido, Psaki dijo que se emitirá una “guía” con “respuestas importantes a las preguntas que los estadounidenses tienen, en particular sobre las preocupaciones sobre la privacidad, la seguridad o la discriminación”.
“Nuestro interés es muy simple desde el gobierno federal, que es que la privacidad y los derechos de los estadounidenses deben protegerse, y por lo tanto, que estos sistemas no se utilicen injustamente contra la gente”, agregó, según la agencia de noticias AFP.
El país más golpeado por el coronavirus reportaba esta tarde 30.831.464 casos confirmados acumulados desde el comienzo de la pandemia y 556.307 muertes por la enfermedad.
Estados Unidos tiene más de 328 millones de habitantes, de los cuales un tercio de la población en general y 40% de los mayores de 18 años recibieron ya al menos la primera dosis de una vacuna, mientras 23,2% de los adultos ya están completamente inmunizados.
En ese contexto, el principal epidemiólogo del gobierno, Anthony Fauci, alertó hoy que el país está “al borde” de una cuarta ola, durante una conferencia en el National Press Club de Washington en la que explicó que Estados Unidos se encuentra en una “meseta precaria” después de varios meses de descenso en la incidencia de contagios de coronavirus, y la tendencia ahora es “al alza”.
La situación presenta un desafío para el gobierno, que promueve y destaca el rápido ritmo de vacunación al tiempo que pide a los estadounidenses que no levanten todavía las medidas para mitigar los contagios, algo que ya han hecho varios estados con gobiernos conservadores.
Aunque la media de muertes diarias en Estados Unidos ronda las 800, el nivel más bajo desde noviembre; los contagios están subiendo en varios estados del noreste y el medio oeste, como en Michigan, donde las hospitalizaciones por Covid-19 se triplicaron en el último mes.
Y la media de nuevos casos diarios supera los 64.000, lo que supone el 20% más que hace dos semanas y un nivel similar al del pasado verano, cuando hubo una ola de contagios después de que varios estados relajaran sus restricciones.
Además, la cepa británica, más contagiosa, ya es la predominante en buena parte de Estados Unidos, aunque otras variantes regionales, como una detectada en Nueva York y otra en California, también se están expandiendo.
Hasta el momento fueron detectados más de 15.000 casos en el país de la variante B117, que se cree que es más transmisible y más letal que las versiones anteriores.
Casi la mitad de las nuevas infecciones por coronavirus en todo el país se encuentran en solo cinco estados, una situación que está presionando al gobierno federal para que considere cambiar la forma en que distribuye las vacunas enviando más dosis a los puntos críticos.
Nueva York, Michigan, Florida, Pensilvania y Nueva Jersey en conjunto informaron el 44% de los nuevos casos, casi 197.500, en los últimos siete días
Pero la pandemia golpea en la salud al igual que en la economía de Estados Unidos, donde en 2020, a la par de la segunda ola y los confinamientos su Producto Bruto Interno (PBI) sufrió su caída más pronunciada desde el final de la Segunda Guerra Mundial y millones quedaron desempleados o sus puestos suspendidos.
En este contexto, California, el estado más poblado del país y el primero que implementó una orden de confinamiento hace más de un año, anunció hoy que si continúa el ritmo actual de vacunación, levantará todas las restricciones el 15 de junio, excepto el uso de mascarilla.
California administró ya 20 millones de dosis de vacunas y las nuevas infecciones siguen siendo bajas después de un rápido descenso desde enero.