Dólar e inflación condicionan una nueva baja de tasas del Banco Central
La autoridad monetaria definirá mañana si mantiene o recorta la tasa de referencia. Su decisión impactará en el valor de la divisa. El jueves, el Indec publica el IPC de enero.
Mañana, día de los enamorados, podría forjarse un nuevo eslabón de esa cadena que une a los argentinos con el dólar. En medio de la escalada de la divisa, ya estacionada por encima de los 20 pesos, el Banco Central definirá si vuelve a recortar la tasa de interés de referencia, en lo que significaría la tercera baja del año.
El comunicado de política monetaria, que se conocerá después de las 17, saldrá un día antes de que el Indec informe el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de enero, que los consultores privados ven cerca del 1,8 por ciento.
Desde el 28 de diciembre último, día en que el Gobierno anunció que elevaba la meta de inflación a 15 por ciento y el Banco Central argumentó que tenía más margen para aflojar la política monetaria, la autoridad monetaria recortó la tasa de referencia 150 puntos básicos.
El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, recalibró su discurso. Con la nueva meta de inflación, dijo, la tasa de interés estaba diez puntos por encima del índice de precios esperado.
La menor tasa de interés de los activos en pesos dio impulso al dólar. Los economistas lo interpretaron como un nuevo contexto y vaticinaron que este año la divisa seguiría el curso de la inflación, a diferencia de la apreciación cambiaria de 2017.
El ruido financiero internacional -la baja de las Bolsas de Wall Street y del mundo, incluida la de la Argentina- agregaron calor al dólar en los últimos días. Una mayor aversión al riesgo por parte de los inversores internacionales debilitaron al peso.
El viernes, el Banco Nación evitó, con ventas por u$s 400 millones, que el dólar vaya más allá de los $ 20,35 promedio para la venta en las ventanillas.
Mañana le tocará mover a Sturzenegger. La mayor presión por el dólar, en teoría, no le interesa al titular del Banco Central. La autoridad monetaria relativiza el impacto de la devaluación en la inflación. Cree que la fluctuación de la divisa incide cada vez menos en los precios.
Su decisión de subir, mantener o bajar la tasa se basa exclusivamente en la lectura que hace de la inflación. En ese sentido, los economistas coinciden en que los niveles de precios esperados para enero y febrero no deberían motivar más recortes.