viernes, noviembre 22, 2024
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Doctorado Honoris Causa (pm) a “Watu” Cilleruelo, un estudiante víctima de la Triple A

“Sentado hoy en el mismo despacho desde el cual un rector interventor ordenó el asesinato de Watu, siento que debo pedir perdón a nombre de la Institución a todos los que fueron perseguidos por ser miembros de esta comunidad universitaria, a sus familias y amigos y a la sociedad en general”.

Con estas palabras el rector, doctor Daniel Vega, acompañado por el vicerrector, doctor Javier Orozco, se dirigió a los consejeros, consejeras y participantes de la sesión del Consejo Superior que aprobó este miércoles entregar el Doctorado Honoris Causa post mortem al estudiante de ingeniería David “Watu” Cilleruelo, asesinado por la Triple A de un disparo en la cabeza en un pasillo de esa casa de estudios el 3 de abril de 1975.

La propuesta fue presentada formalmente por la Subsecretaría de Derechos Humanos, pero tuvo su origen en la intención de amplios sectores estudiantiles, docentes, no docentes y de investigación, internos y externos a la UNS.

El dictamen propuesto fue evaluado por una comisión integrada por Adolfo Pérez Esquivel, Estela Barnes de Carlotto, José “Pepe” Mujica, Dora Barrancos, Baltazar Garzón y Fortunato Mallimacci. El reglamento para otorgar doctorados Honoris Causa en la UNS indica que deben ser analizados por personalidades de indiscutible trayectoria en el tema. Los mencionados recomendaron “aprobar esta distinción como un acto fundacional que servirá de ejemplo para el resto de las universidades nacionales de la Argentina y de la Patria Grande Latinoamericana”.

También expresaron los seis evaluadores que “otorgar un título honorífico de Doctor Honoris Causa post mortem al estudiante Cilleruelo resulta un acto de reparación histórica, institucional y simbólica único e inédito en Argentina”;

A su vez, la resolución aprobada destaca en sus considerandos que es “responsabilidad ineludible de las Universidades Nacionales mantener en el tiempo el recuerdo del período más nefasto de nuestra historia nacional como ejercicio de memoria social para recordar a las víctimas del Estado terrorista y reflexionar sobre las consecuencias que implica sustituir el Estado de Derecho”

También quisieron extender con este Doctorado el reconocimiento “al conjunto de las/os integrantes de la comunidad universitaria que fueron víctimas de la Triple A y la última dictadura cívico militar entre 1974 y 1983, cuyos nombres se consignan en el listado que se encuentra en permanente construcción”. Este listado se compone de 53 estudiantes, 12 graduados, 9 docentes y no docentes y 2 estudiantes de las Escuelas Medias, y fue leído durante la sesión, mientras consejeras y consejeros se ponían de pie.

“Vuelvo a manifestar nuestro compromiso como comunidad universitaria con el juzgamiento de los responsables y el reconocimiento histórico de las violaciones a los derechos humanos acaecidas y destacar que es responsabilidad ineludible de las Universidades Nacionales mantener en el tiempo la memoria del período más nefasto de nuestra historia nacional como ejercicio social para recordar a las víctimas del terrorismo de Estado y para evitar que hechos así vuelvan a suceder en nuestro país”, agregó el rector.

“Nuestro lema es Ardua Veritatem (la verdad se consigue con esfuerzo). El hecho de que la Universidad Nacional del Sur se haya reconocido como escenario, víctima y victimario del terrorismo del estado, que haya actuado como querellante en el juicio y que hoy, con memoria podamos estar diciendo que finalmente se pudo echar luz a lo sucedido hace tantos años atrás, es fruto de un gran esfuerzo colectivo y años de reflexión, que finalmente nos permiten honrar nuestro lema para llegar con la verdad a la justicia”, agregó.

Un ícono en la Universidad Nacional del Sur

“Watu” es un símbolo de la militancia estudiantil en la UNS, era oriundo de General Roca y cursaba Ingeniería Industrial. Militaba en la Federación Juvenil Comunista y a comienzos de 1975 fue electo Secretario General de la Federación Universitaria del Sur. Su figura es una presencia permanente en esta universidad: una calle del campus y un aula llevan su nombre, y hay murales y pintadas que lo evocan en casi todos los edificios. El 3 de abril se conmemora hace años el “Día de los Derechos Humanos en la UNS”, con actividades de concientización y debate.

“La figura de Watu es una figura icónica dentro de nuestra institución porque es el único caso de un asesinato dentro de los pasillos de una universidad pública por parte del aparato represivo del Estado. Fue un mensaje político, no solamente hacia el claustro estudiantil sino hacia toda la comunidad. Pero 46 años después se logró justicia, aunque sea en parte, ya que otros responsables murieron sin condenas”, valoró Vega.

El pasado 2 de agosto concluyó el séptimo juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos durante el terrorismo de Estado en la región de Bahía Blanca. Entre los acusados estaba Raúl Roberto Aceituno, reconocido por varios testigos como participante en el asesinato. Quien gatilló el arma que terminó con la vida de Watu fue –según numerosos testigos- Jorge “Moncho” Argibay, quien falleció impune. Los cuatro acusados habían sido contratados como “personal de seguridad y vigilancia” de la UNS por Remus Tetu, rector interventor en 1975 y líder de la Triple A en Bahía Blanca junto a Ponce. La acusación sostiene que, de ese modo, Tetu constituyó una pantalla para proveer de financiamiento a la banda criminal que lideraba. La audiencia –como ocurrió en los seis juicios anteriores- se llevó a cabo en el Aula Magna de avenida Colón 80

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