Detuvieron al octavo involucrado en los 82 kilos de cocaína en Ezeiza y avanzan con la pista local del aeropuerto
San Pablo, Brasil; Buenos Aires, Argentina; Quito, Ecuador, Ámsterdam, Países Bajos; Viena, Austria; y finalmente, Singapur capital. Ese era el itinerario de viaje del avión de carga de KLM – Martinair Holand en el que personal de la Aduana encontró el martes 82 kilos de cocaína. De inmediato, el juez en lo penal económico Javier López Biscayart ordenó detenciones preventivas. El jueves por la mañana cayó el octavo sospechoso.
El magistrado comenzó con la ronda de indagatorias a los ocho arrestados, es decir, a los tres pilotos holandeses y a los cinco trabajadores de la empresa de carga. El fiscal Emilio Guerberoff y el jefe de la Procunar, Diego Iglesias, colaboran en la investigación.
Aunque de las indagatorias podrían surgir otros datos, uno de los investigadores le aseguró a TN.com.ar que los 82 panes de cocaína del vuelo MP 6912 no fueron cargados en San Pablo sino en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Una medida de prueba urgente lo confirmó: TN pudo saber que los detectives de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) revisaron la camioneta particular de Adrián Álvarez: uno de los perros antinarco olfateó rastros de cocaína en el vehículo.
Álvarez se negó a declarar ante el juez López Biscayart. En el transcurso de la mañana, la PSA arrestó al prófugo Víctor Hugo Gil. Uno de los investigadores le adelantó a TN que Álvarez tuvo contacto directo con la droga. Sospecha que Gil también.
Las fuentes, en cambio, dudan de la participación de los tres pilotos holandeses. A los detectives les llamó la atención que los pilotos les dejaran a los trabajadores de carga subir los bienes de exportación el martes mientras llovía de manera torrencial en Buenos Aires.
Eso, sin embargo, pudo suceder porque la empresa debe reemplazar a los pilotos si el avión supera un límite de tiempo en la pista establecido en el reglamento operacional.
Para despejar esa duda, los investigadores tendrían que determinar si los pilotos estuvieron siempre en la cabina, desde donde la tropa dificulta ver la carga y descarga, o si en algún momento tuvieron contacto directo con los trabajadores de carga al momento de ingresar las cajas de aceite donde la banda había ocultado los panes de cocaína.
La investigación comenzó el mismo martes porque de manera fortuita el personal de la Aduana descubrió en un control de rutina el intento de contrabando internacional de estupefacientes. Hasta ahora no pudieron determinar el origen de la cocaína ni el destino final.
Pero empezaron por el principio: ya saben que Álvarez, tal vez ayudado por Gil, la cargó en Ezeiza.
(TN)