Después de seis años, fue condenado a cadena perpetua el asesino de Candela
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 condenó a prisión perpetua a Hugo Bermúdez (59) y a Leonardo Jara (37), y a 4 años de prisión a Fabián Gómez (45), los tres acusados por el crimen de Candela Sol Rodríguez, la niña de 11 años secuestrada y asesinada en 2011 en Hurlingham. El 20 de julio último, los fiscales Pablo Galarza, Antonio Ferreras y Mario Alberto Ferrario expusieron sus alegatos y solicitaron prisión perpetua para Bermúdez y Jara y ocho años de cárcel para Gómez.
El fiscal Ferrario, que intervino en la instrucción de la causa, sostuvo que los dos primeros fueron coautores de “privación ilegal de la libertad coactiva seguida de muerte” y el tercero fue “partícipe secundario” del secuestro sufrido por la niña.
En los alegatos, Galarza dio por acreditado que Candela fue víctima de abuso sexual pero no imputó a ninguno de los acusados de ese delito para no modificar la carátula con la que habían llegado a juicio y evitar que las defensas puedan plantear alguna nulidad.
Para el funcionario judicial, el 22 de agosto de 2011 Candela “fue sustraída por tres sujetos en una camioneta Ford EcoSport negra”, la mantuvieron cautiva algunos días en la localidad de San Martín y luego estuvo en Villa Tesei, partido de Hurlingham.
Allí, primero estuvo secuestrada en una vivienda de la calle Kiernan 992, conocida por la prensa como “la casa rosa” (para la querella no fue llevada a ese inmueble) durante un breve lapso y después la trasladaron a otra propiedad de Cellini 4085, que estaba abandonada.
Según el fiscal, entre las 20.30 del 29 de agosto y las 8.30 del día siguiente, Bermúdez “abusó sexualmente de la niña con un elemento duro por vía anal y la sofocó” tapándole la nariz y la boca mientras la sostenía desde atrás. Respecto de Jara, Galarza afirmó que realizó el llamado extorsivo a la familia de Candela mientras estaba cautiva y sostuvo que “su suerte está echada por las pericias de voz” efectuadas por Gendarmería Nacional.
Mientras que a Gómez lo situó en la casa de Kiernan por dichos de un vecino que lo vio allí cuatro días antes del hallazgo del cuerpo de Candela a 30 cuadras de esa propiedad y por llamadas que mantuvo con los otros dos imputados.
Clarín