Desde CAME estiman que cerraron 50 mil empresas y se perdieron 140 mil empleos
A catorce meses del primer confinamiento, las micro y pequeñas empresas argentinas atraviesan una situación extrema por la caída de las ventas en el mercado interno y las constantes limitaciones, restricciones y cierres impulsados por los gobiernos nacional y provinciales. A esto se suman las limitaciones legales como la prohibición de despidos o la doble indemnización, que terminan minando la liquidez de las firmas.
El vocero de la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), Pedro Cascales destacó que si bien no existen datos oficiales, alrededor de 50.000 empresas cerraron sus puertas desde que inició la pandemia. Según precisó, esta cifra representa alrededor de “140.000 empleos menos”. Asimismo, se refirió a la imposibilidad de cuantificar el crecimiento del empleo en negro y la actividad informal.
Según explicaron desde la entidad, esta situación se produce por la acumulación de factores que terminan ahogando a las pymes como la prohibición para despidos, el pago de impuestos (nacionales, provinciales y municipales), el clearing bancario y otras obligaciones. “Cuando no le permiten a una empresa bajar sus costos con el despido de operarios, quedan en una posición en que opta entre cerrar o informalizarse”, lamentó Cascales.
En el transcurso del primer confinamiento estricto en lo que va de 2021, desde CAME reclamaron por “un gesto de la clase política, ya que nadie dijo que tampoco iba a cobrar su sueldo durante los nueve días de este confinamiento”. Además, resaltó la falta de respuestas desde el gabinete de Alberto Fernández ante el que realizaron “más de 30 propuestas al Gobierno, pero nunca nos recibió el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas”.
