Cuba no es prioridad para Biden y ni en EEUU ni en la isla se ilusionan con cambios
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo campaña con la promesa de promover “una nueva política hacia Cuba”, pero a seis meses de haber asumido no cambió ni una coma de las sanciones y restricciones impuestas por Donald Trump y su Gobierno ha dejado claro que, aunque el tema está “en revisión”, no es una prioridad.
Las protestas de esta semana en Cuba revitalizaron los reclamos en la región y el mundo para que Estados Unidos ponga fin a seis décadas de embargo comercial contra la isla, pero las señales que ha emitido Biden no parecen indicar que ningún cambio significativo esté en sus planes.
Esta semana, la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, aseguró que están “analizando de cerca” cómo pueden “ayudar de manera humanitaria” a los cubanos, y luego el propio Biden se dijo “dispuesto a donar cantidades significativas de vacunas”, pero puso como condición que las administrara “una organización internacional”, un requisito que no impuso en ninguna de las donaciones de dosis que hizo hasta ahora.
La respuesta llegó rápido y de parte de su par cubano, Miguel Díaz-Canel, quien volvió a pedirle lo mismo que le viene pidiendo hace seis meses: dar marcha atrás con las sanciones de Trump y terminar con el embargo.
Pero aún si el tema volvió a estar en el centro de la agenda política de ambos países y la región, ni en La Habana ni en Washington creen que haya grandes cambios en el horizonte y mucho menos alguna posibilidad de volver a uno de los puntos centrales del legado de Obama: el acercamiento a Cuba y el inicio de una normalización de las relaciones bilaterales, que quedó en los hechos trunca con la política de su sucesor en la Casa Blanca.
“Biden no tiene una retórica activa como Trump, no hay nuevas sanciones, solo se mantiene lo que estaba sin agregar nada nuevo. La retórica ha bajado un poco, concentrada en las criticas a las supuestas violaciones de derechos humanos, desde el punto de vista de EEUU. Pero mientras tanto, la burocracia sigue ejecutando las órdenes que están dadas: mantener la presión económica y a Cuba en todas las listas negativas”, explicó a Télam Raúl Rodríguez Rodríguez, director del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre EEUU de la Universidad de la Habana.
Primero, permitir que los estadounidenses viajen a Cuba con licencia especial de viajes llamados pueblo a pueblo, una opción que Trump suspendió; segundo, quitar los topes y restricciones a las remesas que pueden ser enviadas a la isla, y tercero, reactivar las reunificaciones familiares.
Todas estas son medidas que están por fuera del embargo y pueden ser tomadas por decreto, sin necesidad de pasar por el Congreso. Sin embargo, eso no significa que no tendrían un costo político para Biden.