Creyeron haber criado un perro y un gato pero se llevaron grandes sorpresas
Dos familias causaron un gran revuelo en el mundo de las redes al notar que las mascotas que estaban criando no eran lo que realmente pensaban.
Los casos ocurrieron en Pekín, China, y en la provincia argentina de Tucumán, donde los dueños de los animales pensaron que se trataban de un perro y de un gato, cuando en realidad sus “amigos fieles” eran un oso y un puma.
Su Yun, una joven china, encontró en la calle al supuesto perro cuando apenas era un bebé, por lo que al verlo tan pequeño e indefenso decidió adoptarlo y sumarlo a su familia.
Sus parientes pensaron que estaban criando a un cachorro Mastin Tibetano, debido a su pelaje y la gran cantidad de alimentos que comía. Tiempo después, la muchacha comenzó a notar algo extraño en el animal, al ver que tenía la habilidad de caminar con las dos patas traseras, además de devorar todo lo que estaba a su alcance.
Al caer en cuenta de que su adorable cachorro se trataba en realidad de un oso negro asiático, dieron aviso a las autoridades correspondientes y trasladaron al animal a un refugio donde podría crecer bajo su hábitat.
En el otro caso, que tuvo lugar en la localidad tucumana de Santa Rosa de Leales, Florencia, una joven de 18 años, nunca sospechó que a quien trataba como a su mascota era en realidad un puma.
La chica estaba pescando con su hermano cuando escucharon el ruido de un animal y al acercarse vieron a dos felinos en una cueva amamantándose de su mamá fallecida. Con pocas semanas de vida, los hermanos decidieron tomar a los dos “gatitos” para ayudarlos.
Los bautizaron como Dani y Tito, pero la hembra estaba muy débil y falleció una semana después. Tito pasó dos meses en la casa de la familia. Era un fiel compañero para Florencia: “Me seguía a todas partes. Acá donde vivo nunca le faltó carne, leche, ni nada. Era una mascota para mí. Lo extraño un montón. Él me esperaba cuando llegaba de la facultad y cuando le silbaba como un pajarito siempre venía”.
Pero de tanto jugar, se lastimó una patita y por eso lo llevó al veterinario. “El veterinario no sabía ni siquiera qué era. Él sospechó que no era un gato normal”, y se contactó con una especialista de una reserva. Ahí le confirmaron que Tito no es un gato, es un puma yaguarundí.
Luego, Florencia llamó a la Fundación Argentina de Rescate Animal (FARA): “Actuaron muy rápido, llegaron y las chicas me dieron contención. Si vos lo criás y lo consentís, sentís como que es tuyo y te causa dolor que se lo lleven, pero en el fondo sé que está bien que se lo lleven y lo reintegren a la naturaleza. Me parece mal que las personas se adueñen de animales así o los vendan sin importarles lo que les pase”.