jueves, noviembre 21, 2024
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Consumo de alcohol: el 40% de los jóvenes argentinos cree que no genera dependencia

Una encuesta realizada por la Universidad Siglo 21 plantea que hay una mayor concientización sobre el tema, pero que aún no se traduce en hábitos; piden fortalecer las campañas de prevención.

Una nueva encuesta sobre el consumo de alcohol sugiere que, poco a poco, la población estaría tomando más conciencia de los efectos adversos de caer en el exceso. Sin embargo, eso aún no parece ser suficiente como para traducirse en los hábitos. Sobre todo, en los más jóvenes. De hecho, el 40% de los entrevistados de entre 18 y 30 años dijo que no cree que la bebida genere dependencia.

De acuerdo con la encuesta realizada por la Universidad Siglo 21, casi siete de cada 10 argentinos de entre 18 y 60 años (68%) están convencidos de que unas copas ayudan para desinhibirse y dejar los nervios de lado, en especial para conocer a otra persona. Un 56% dice que consume alcohol si necesita un refuerzo de confianza y coraje para una cita, los hombres un poco más que las mujeres (61% contra 51%) y, como era de esperar, los jóvenes más que los adultos.

Ahora, si se toma el total de la población encuestada, argentinos de entre 18 y 60 años, siete de cada 10 dicen saber que las bebidas alcohólicas generan dependencia y nueve de cada 10 están de acuerdo en que beber demasiado puede incomodar o disgustar a los seres queridos. Uno de cada dos considera que el alcohol puede dañar la salud.

Son los de entre 18 y 30 años los que menos adhieren a la idea de que el alcohol promueve lo que el equipo de investigación de la Universidad Siglo 21 definió como “un patrón de ingesta constante”.

Pero ese mismo grupo fue el que más estuvo de acuerdo con que el consumo, “aun en un bajo nivel”, daña la salud. Así lo expresó el 71 por ciento. Sorprendió que la adhesión más baja a esta creencia surgiera entre los de 51 a 60 años. La diferencia con el grupo más joven, de entre 18 y 30 años, fue de 29 por ciento.

“Notamos una ambivalencia en las actitudes de la población hacia el alcohol. Evalúan el consumo de bebidas alcohólicas tanto de manera positiva como negativa. Y con una alta prevalencia. Sobre todo los hombres, más que en las mujeres, y en especial en los más jóvenes. Vemos que, en general, evalúan de manera negativa el consumo de alcohol, pero lo consumen”, señaló el autor principal de este relevamiento, Gabriel Escanés, magister en demografía de la Secretaría de Investigación de la Universidad Siglo 21.

La encuesta, que se realizó por vía telefónica, incluyó a 1054 personas de siete ciudades: Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, San Miguel de Tucumán, Comodoro Rivadavia, Mendoza y Rosario. Los resultados, según explicó Escanés, son representativos de la población nacional. “Refleja la opinión actual sobre el consumo de alcohol de nuestra población con un 95% de confianza [estadísticamente]”, señaló.

DESCONTROLADOS

La encuesta también indagó en qué experiencias habían tenido los participantes con el alcohol. Poco menos de la mitad, un 44%, respondió que había bebido varias veces como para llegar a perder el control de la situación. Algo más los hombres que las mujeres (47,2 versus 40,6%) y más los jóvenes que los mayores: 52,4% entre los 18 y 30 años; 48,1% entre los 31 y 40; 39,3% entre los 41 y 50, y 34,3% a partir de los 51 años.

A la mayoría de los que habían vivido ese descontrol pasajero (87%), la experiencia le pareció “negativa”. Para un 6,3% fue “positiva” y el resto no lo consideró ni bueno ni malo.

Un 36% dijo haber consumido alcohol como para no recordar lo que había hecho, sobre todo los hombres con respecto a las mujeres y los más jóvenes. De nuevo, la mayoría (87,2%) lo consideró “negativo”.

“Lo bueno es que beber hasta sentir que se pierde el control o no recordar lo que se estaba haciendo no es una respuesta socialmente aceptada. Y que si una persona busca en el consumo poder desinhibirse, que es lo que muestra este estudio, lo reconoce. Esto ya es un paso adelante”, indicó Escanés.

Para el investigador, sería oportuno fortalecer las campañas de concientización, sobre todo en los jóvenes, y hacerlo desde la perspectiva de la prevención. “Quizá convenga, desde la salud pública, diferenciar mejor las estrategias de prevención y de concientización entre los grupos etarios”, concluyó.

Fuente: La Nación.

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