Condenaron a 48 años al líder del “Clan Benítez” por torturar y violar a dos mujeres
El líder del denominado “Clan Benítez”, Fernando Rubén Benítez, fue condenado este mediodía a 48 años de prisión por haber abusado sexualmente y torturado a dos mujeres que mantuvo cautivas en su casa de Bahía Blanca. Su madre, Nélida Esther Llanos, y su hermano, Gonzalo Leonardo Benítez, recibieron penas de 13 años de cárcel a cumplir recién cuando la sentencia quede firme.
El Tribunal integrado por los jueces Hugo de Rosa, Ricardo Gutiérrez y Claudia Fortunatti condenó a Fernando Benítez, de 27 años, a una de las penas más altas dictada en el Departamento Judicial Bahía Blanca. Los magistrados lo encontraron culpable de los delitos de “tentativa de homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género, abuso sexual con acceso carnal reiterado, suministro de estupefacientes a título gratuito y privación ilegal de la libertad agravada”.
Por otra parte, condenaron a 13 años de cárcel a la madre de Benítez y al hermano, Gonzalo, de 26 años, por ser considerados “partícipes necesarios” del horror que ocurrió en la casa de la calle Güemes al 3.700. La defensa de estos dos involucrados en el caso habían pedido la absolución al considerar que ambos “tenían temor de Fernando”.
Los hechos fueron descubiertos el 26 de marzo del año pasado, cuando Aldana García, de 18 años, logró escapar de la vivienda de la familia Benítez y se dirigió a la casa de su madre, a quien le contó que había estado secuestrada y habían abusado de ella.
Debido a la gravedad de las heridas que presentaba, fue internada en terapia intensiva, pero antes de perder el conocimiento, logró revelar el lugar dónde había estado y nombró a Fernando Benítez, por lo que los investigadores allanaron el domicilio del sospechoso.
Casi al mismo tiempo que la Policía llegó a la casa, la madre de los hermanos llamó al 911 y dijo que en el patio había “una chica mordida por perros” con la intención de desligarse de los hechos. Luego, los policías entraron a la vivienda, detuvieron a los tres integrantes de la familia y encontraron a la otra mujer, Andrea Santa Cruz, con lesiones en todo su cuerpo.
Durante el alegato, la fiscal de Delitos Sexuales, Marina Lara, dijo que las dos víctimas “estaban permanentemente amenazadas de muerte” y que el propósito de Fernando Benítez “era de darles muerte” producto de distintos golpes en la cabeza y en el cuerpo, y hasta por mordidas de un Pitbull que estaba en la finca.
También hizo mención a que el hombre obligaba a las mujeres a tener relaciones sexuales y en el caso de una de ellas la “penetró con un destornillador, previo a calentarlo para luego introducirlo”. “El desprecio por la vida de Aldana y de Andrea y la finalidad de querer ocasionares la muerte ha quedado reflejada en los distintos testimonios”, explicó la fiscal, que agregó que el hermano mayor no les daba comida ni agua a las mujeres y que “las condiciones de higiene eran infrahumanas”.