Con la aprobación del molnupiravir comienza una nueva etapa de tratamientos contra el coronavirus
La aprobación esta semana en el Reino Unido del uso de molnupiravir, un medicamento oral contra el coronavirus para administrar durante los primeros días de síntomas, vuelve a poner en agenda la importancia de las opciones terapéuticas contra la Covid-19 tanto para evitar que la enfermedad progrese como para tratar a los pacientes graves, indicaron especialistas.
“Más allá de que las vacunas son sin duda la herramienta fundamental para el control de la pandemia, van a seguir existiendo oleadas y casos graves que requieren hospitalización, e incluso van a seguir habiendo fallecidos, sobre todo aquellas personas que tienen enfermedades de base”, dijo a Télam la infectóloga Leda Guzzi.
Para esta médica, la búsqueda de tratamientos “sigue siendo necesaria para atender a aquellas personas que terminan hospitalizadas o prevenir la evolución de formas leves y moderadas a formas graves”.
El jueves pasado el Reino Unido se convirtió en el primer país en aprobar el Lagevrio (molnupiravir), un tratamiento en comprimidos contra el coronavirus que el Ministerio de Salud de ese país consideró “histórico” porque “cambiará la situación de los más vulnerables y los inmunodeprimidos”.
La aprobación surgió de “una revisión rigurosa de su seguridad, calidad y efectividad por parte del ente regulador del Reino Unido y el organismo asesor científico experto independiente del gobierno, la Comisión de Medicamentos Humanos”, indicaron las autoridades en un comunicado.
El uso de molnupiravir se habilitó en personas que tienen Covid-19 de leve a moderado y al menos un factor de riesgo de desarrollar una enfermedad grave como edad avanzada (mayor de 60 años), obesidad, diabetes mellitus o patologías cardíacas.
Desarrollado por Ridgeback Biotherapeutics y Merck Sharp & Dohme (MSD), Lagevrio actúa interfiriendo con la replicación del virus, esto significa que evita que se multiplique, manteniendo bajos los niveles de virus en el cuerpo y, por lo tanto, reduciendo la gravedad de la enfermedad.
Guzzi, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), explicó que el molnupiravir es el segundo antiviral que toma relevancia para tratar el coronavirus, ya que el primero fue el remdesivir “que se aplica en forma endovenosa en pacientes hospitalizados con formas moderadas a graves con requerimiento de oxígeno, un subgrupo en el que demostró alguna eficacia para la prevención de la evolución de la enfermedad y mortalidad”.
La especialista describió que “el análisis interino de fase 3 arrojó como resultado una reducción del 50% en la hospitalización, y también redujo la mortalidad”.
“Lo novedoso y promisorio del molnupiravir es que se administra por vía oral y que tiene actividad en las fases tempranas de la enfermedad; es decir cuando el virus se está replicando activamente, y está indicado dentro de los primeros cinco días desde el inicio de síntomas en personas mayores o con factores de riesgo frente a la Covid-19”, sostuvo Guzzi.
La infectóloga destacó la facilidad de su administración y que no requiere hospitalización para darlo a los pacientes.
En la misma línea de este antiviral, la farmacéutica estadounidense Pfizer anunció ayer que su candidato antiviral oral contra el coronavirus Paxlovid redujo en un 89% la hospitalización y la muerte según el análisis intermedio de la fase de 2/3 de un estudio realizado con pacientes adultos con Covid-19 no hospitalizados que tienen un alto riesgo de progresar a enfermedad grave.
Paxlovid es una terapia antiviral para administrarse por vía oral de modo que pueda prescribirse al primer signo de infección o al primer conocimiento de una exposición; la droga está diseñada para bloquear la actividad de una enzima que el coronavirus necesita para replicarse.
La compañía anunció que presentó el pedido de aprobación para su uso de emergencia ante la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), que también debe expedirse sobre el molnupiravir.
Al principio de la pandemia, cuando las vacunas parecían un horizonte lejano, mucho de los esfuerzos se concentraron en la búsqueda de tratamientos.
“La línea de tiempo de los tratamientos frente a Covid-19 es interesante ya que de entrada lo que se buscó fue reposicionar drogas conocidas para otras patologías que podían tener efecto frente al SARS-CoV-2 por sus características del ciclo viral”, describió a Télam el médico infectólogo Javier Farina.
El especialista mencionó como ejemplo el “lopinavir/ritonavir que demostró no ser eficaz, la hidroxicloroquina que también se comprobó fehacientemente que no servía y muchas otras drogas que fueron en ese camino; otras como el molnupiravir, que ya se habían investigado para la influenza, están obteniendo buenos resultados”.
“También aparecen ahora moléculas nuevas que no tenían estudios de fase 2 como las que se habían reposicionado; entonces han tardado más en surgir en el mercado porque primero tuvieron que demostrar su seguridad y luego la eficacia”, sostuvo.
Farina señaló que si bien en estos últimos meses “aparecieron tratamientos promisorios” ninguno “quiebra por completo el cuadro y modifica drásticamente la mortalidad” de pacientes con Covid-19.
“Hoy los tratamientos que más resultados han demostrado son los corticoides y los inhibidores de la interleuquina 6 como el tocilizumab, pero todavía tenemos personas que fallecen”, explicó en diálogo con Télam.
Por eso, consideró importante disponer de más tratamientos “porque aunque las vacunas nos dan menos posibilidad de evolucionar a cuadros graves, es clave interferir en la replicación del virus y en la reacción inflamatoria desmedida que genera el organismo”.
En septiembre pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que realizará un nuevo ensayo internacional, el Solidarity Plus, para probar tres nuevas drogas en pacientes hospitalizados con coronavirus: artesunato, imatinib e infliximab.
Los tratamientos ya se utilizan para otras indicaciones: el artesunato para el paludismo grave, el imatinib para determinados cánceres y el infliximab en patologías del sistema inmunitario como la enfermedad de Crohn y la artritis reumatoide.
“El gran desafío de todos los tratamiento, sobre todo de las nuevas moléculas que se están desarrollando, es que tienen que ser comercializados con costos que sean accesibles para todos los países; de lo contrario se producirá una inequidad en el acceso de los pacientes al medicamento”, concluyó Guzzi.
En el caso del molnupiravir MSD informó semanas atrás “la concesión de licencias voluntarias a los fabricantes de genéricos y al Fondo de Patentes de Medicamentos” como parte de su política integral de suministro y acceso.