Cómo fue el abrazo de Estela a su nieto Guido
Abuelas de Plaza de Mayo informó que la titular de la organización se reunió, luego de 36 años de búsqueda, con el hijo de la militante Laura Carlotto, detenida y desaparecida durante la última dictadura.
Sólo un día después de que el análisis genético confirmara la noticia que les volvió a cambiar la vida, Estela de Carlotto pudo abrazar a Guido, su nieto. Según trascendió, la reunión, donde hubo muchas lágrimas, duró unas seis horas.
“Las Abuelas hacemos un llamado a los medios, a la sociedad en general, y a la justicia en particular, a respetar la intimidad de Guido y sus allegados, para que nuestro nieto pueda encarar el proceso de restitución de identidad con sus tiempos y acorde a sus posibilidades“, pidió la organización de familiares de desaparecidos durante la dictadura que comenzó en 1976.
A través de un comunicado, Abuelas de Plaza de Mayo informó que Ignacio Hurban, el nieto recuperado 114, se encontró con su abuela este miércoles por la tarde en la ciudad de La Plata,“Ya pudo abrazar a su familia, que lo buscó sin pausa y de forma incansable”, resaltó la entidad.
A su vez, le reclamó al Poder Judicial: “Esperamos que la Justicia se adecue a la situación y se priorice el fortalecimiento de los vínculos familiares que el terrorismo de Estado intentó destruir,postergando por el momento todo tipo de convocatoria a Guido, como se ha hecho en otros casos“.
El encuentro familiar fue en la intimidad. Guido pudo conversar con sus tres tíos. Claudia, titular de la Conadi; Remo, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados; y Guido Miguel, alias Kibo, que es secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.
“Estoy feliz de la vida, nos super entendimos. Vamos a ir de a poco, porque nosotros somos muchos. Él se crió como hijo único en el campo y nosotros somos los Campanelli. Así que hicimos un encuentro íntimo. Él es tranquilo, no ansioso como nosotros. Y es muy especial, muy inteligente”, le dijo Claudia Carlotto al diario Página/12.
Según informa el matutino, Guido fue acompañado por su esposa y algunos amigos. Les habló de qué hace, de su música y de cómo vivió todos estos años hasta que decidió hacerse voluntariamente los análisis porque tenía dudas sobre su identidad. Les reveló que aunque al principio no era una opción que le gustara a las personas que lo criaron, finalmente lo apoyaron.
El de ayer fue el primer encuentro y los primeros abrazos. “Chau, abu”, le dijo a Estela cuando se iba. “Y mi vieja casi se desmaya”, contó Claudia.
Comunicado de prensa:
Guido Montoya Carlotto ya conoció a su verdadera familia
Abuelas de Plaza de Mayo informa que felizmente Guido Montoya Carlotto ya pudo abrazar a su familia, que lo buscó sin pausa y de forma incansable durante 36 años. El encuentro íntimo se produjo esta tarde en la ciudad de La Plata.
En este sentido, las Abuelas hacemos un llamado a los medios, a la sociedad en general, y a la justicia en particular, a respetar la intimidad de Guido y sus allegados, para que nuestro nieto pueda encarar el proceso de restitución de identidad con sus tiempos y acorde a sus posibilidades, como se ha hecho con todos los nietos encontrados durante estos 37 años de búsqueda.
Desde que ayer se conoció la noticia, circuló información de forma indiscriminada, que desde la institución nunca hubiésemos dado a conocer, ya que la intimidad de los nietos es siempre nuestra prioridad. Lamentamos que muchos de los datos hayan sido brindados por el mismo Tribunal Federal N° 1, encabezado por María Romilda Servini de Cubría, la magistrada que pocas horas antes había dado la noticia de la restitución a Estela de Carlotto.
Reiteramos nuestro afán por preservar la intimidad de cada uno de los hombres y mujeres que se acercan a conocer su verdad. Este sentido también esperamos que la justicia se adecue a la situación y se priorice el fortalecimiento de los vínculos familiares que el terrorismo de Estado intentó destruir, postergando por el momento todo tipo de convocatoria a Guido, como se ha hecho en otros casos.
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