Cómo es Orion, la nave que podría llevarnos a Marte
El despegue de la cápsula está previsto para hoy; realizará un vuelo corto alrededor de la Tierra para poner a prueba tecnologías clave para llevar a los humanos al planeta rojo.
La NASA postergó hasta hoy el despegue de la cápsula Orion, cuya misión consiste en realizar un vuelo corto alrededor de la Tierra a fin de poner a prueba tecnologías clave para llevar a los humanos a Marte.
La partida, que estaba prevista para ayer, fue cancelada debido a fuertes vientos y a problemas técnicos con el cohete Delta.
La cápsula es relativamente similar en su forma a las naves Apolo que llevaron al hombre a la Luna en los años 60 y 70, pero es más grande en tamaño y sus sistemas son de avanzada.
Dado que es la primera vez que sale al espacio, no lleva tripulantes.
No obstante, la NASA considera este ejercicio como un evento significativo.
Orion está siendo desarrollada a la par de un nuevo y poderoso cohete que hará su propio debut en 2017 o 2018.
Juntos, serán las herramientas esenciales para enviar a los humanos más allá de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), a destinos como por ejemplo el Planeta Rojo.
Dos vueltas y a regresar
En su viaje, Orion dará dos vueltas alrededor del globo y alcanzará una altitud de casi 6.000 kilómetros.
A su regreso, ingresará en la atmósfera a una velocidad de cerca de 30.000 kilómetros por hora.
El reingreso en la atmósfera les permitirá a los ingenieros evaluar el funcionamiento de su escudo térmico, que deberá resistir 2.200 grados centígrados de temperatura, producto de la fricción.
También será una oportunidad para ver cómo funciona el paracaídas, cuando la cápsula caiga en las aguas del Pacífico mexicano, cerca de la península de Baja California.
Aunque el proyecto Orion es de la NASA, la cápsula fue construida por la empresa Lockheed Martin.
No obstante, la NASA controlará de cerca que el diseño cumpla con los requerimientos especificados.
El problema de la radiación
Un buen ejemplo de esto es la protección contra la radiación incorporada en la cápsula.
La radiación es uno de los mayores peligros para los viajes a las profundidades del espacio, y se espera que los sistemas de Orion puedan lidiar con este desafío.
“Vamos a atravesar regiones del cinturón de radiación de Van Allen, debido a que estamos quince veces más arriba que la estación espacial”, le explicó a la BBC Mark Geyer, manager del programa Orion de la NASA.
“La ISS no tiene que lidiar con la radiación, pero nosotros sí, y también cualquier vehículo que vaya a la Luna. Eso es un problema muy grande para las computadoras”.
“Estos procesadores son ahora muy pequeños, son muy buenos para la velocidad, pero son muy susceptibles a la radiación”.
Eso es algo que tenemos que tomar en cuenta y ver cómo funciona, añade Geyer.
La misión es un pequeño paso en un extenso programa de desarrollo.
Sin los recursos de la era Apolo, la NASA solo puede avanzar a paso lento.
Incluso si la cápsula ya estuviese en funcionamiento, junto con su cohete, la agencia espacial estadounidense no podría organizar una misión a otro cuerpo planetario porque la tecnología para llevar a cabo operaciones en la superficie no está desarrollada.
Cooperación internacional
Esto preocupa a algunos observadores como al historiador John Logsdon, quien duda que la política actual sea sostenible.
“El primer lanzamiento con una tripulación a bordo está pensada para 2020, 2021, y luego, aunque la NASA tiene planes, no hay nada definido”, le dijo a la BBC.
“Eso es muy lento para mantener a los equipos encargados del lanzamiento alertas, para mantener a todos comprometidos”.
“(Las cosas) siguen un curso marcado por la falta de dinero, no por las dificultades técnicas”, añade Logdson.
Una solución posible es involucrar a socios internacionales.
Según el historiador, esto puede ayudar a darle un poco más de impulso y velocidad a la exploración espacial..