viernes, noviembre 22, 2024
Policiales

Comienza el juicio a mujer policía acusada de matar a un matrimonio para pagar un viaje a Disney

Una mujer policía comenzará mañana a ser juzgada como acusada de haber torturado y asesinado a balazos en 2019 a un matrimonio del barrio porteño de Parque Avellaneda para robarle entre 70.000 y 80.000 dólares con los que planeaba pagar un viaje a Disney para su hija, informaron hoy fuentes judiciales.

El juicio estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de la Capital Federal, la audiencia inicial será a las 9.30 y se transmitirá a través de una plataforma digital.

La principal acusada es Sonia Rebeca Soloaga (36), quien cumple prisión preventiva y está imputada como presunta autora del doble asesinato de Alberto Antonio Chirico (71) y su esposa María Delia Speranza (63), cometido el 11 de junio de 2019 en su casa de la calle Eugenio Garzón 3581.

El TOC 7 estará integrado por los jueces Gabriel Vega, Gustavo Rofrano y Alejandro Noceti Achaval, y la acusación estará en manos del fiscal de juicio Oscar Ciruzzi.

Soloaga será defendida por el abogado Augusto Arena y le imputan “robo agravado por haber sido cometido con un arma de fuego en concurso real con homicidio criminis causa, reiterado en dos oportunidades, cometidos mediante arma de fuego y alevosía, y falsa denuncia”, delitos que prevén la pena de prisión perpetua.

La causa tiene como segundo imputado al por entonces novio de Soloaga, el también policía porteño Diego Alberto Pachilla (37), quien está excarcelado y sólo se le atribuye la figura de “encubrimiento doblemente agravado”.

Sus abogados serán Christian Poletti y Hernán Vega, quienes en el juicio intentarán conseguir la absolución al plantear que es una acusación absurda porque no se puede imputar de encubrimiento a quien es pareja del autor de un delito.

Ambos acusados eran novios al momento del hecho y trabajaban en la comisaría 9C de la Policía de la Ciudad, fuerza de la que fueron separados ni bien fueron imputados en este expediente.

En su requerimiento de elevación a juicio -al que accedió Télam-, la fiscal que investigó el caso, Estela Andrades, dio por probado que el hecho ocurrió el 11 de junio de 2019, entre las 12 y las 14.30, ocasión en la Soloaga entró a la casa de la calle Garzón “aprovechando la relación que había logrado forjar” con el matrimonio.

Es que ese domicilio era cercano a la parada donde, por meses, la policía prestó sus servicios de calle, y Chirico le permitía a la oficial el uso del baño y le solía servir café y comidas.

Andrades sostuvo que Soloaga “pergeñó un plan para así ingresar a la vivienda y apoderarse de dinero en efectivo -entre 70.000 y 80.000 dólares en moneda extranjera y pesos-, perteneciente a los nombrados Speranza y Chirico, ejerciendo violencia sobre aquellos y mediante la utilización de un arma de fuego, luego de lo cual dio muerte a los nombrados con alevosía, y a fin de asegurar su impunidad”.

Según la fiscal, el matrimonio fue torturado a golpes y luego ejecutado por Soloaga de un disparo en la cabeza cada uno, “aplicado desde atrás mientras se hallaban indefensos boca abajo”, para lo cual utilizó como silenciador un almohadón de color bordó.

Para Andrades, el posible móvil del doble crimen fue la deuda que Soloaga tenía que saldar para poder pagar el viaje a Disney por el cumpleaños de 15 que su hija adolescente iba a hacer el 14 de julio de ese año.

La clave para vincular a Soloaga con el asesinato del matrimonio estuvo en una denuncia que la propia imputada formuló ese mismo día por la tarde en la comisaría 7A, donde aseguró que la habían asaltado y le robaron 300.000 pesos en efectivo y su arma reglamentaria cuando circulaba con su auto por Flores, camino a hacer un depósito para pagar el viaje del cumpleaños de 15 de su hija.

Lo que llamó la atención es que la misma mujer policía que solía cubrir la parada del domicilio del matrimonio asesinado y que tenía relación con ellos, había denunciado que la asaltaron, que disparó dos tiros -misma cantidad de vainas 9 milímetros recolectadas en la escena de crimen-, y que le habían robado el arma y 300.000 pesos en efectivo.

Además, cuando inspeccionaron su vehículo, la policía encontró 70.850 pesos guardados en la campera del uniforme de Soloaga.

Según Andrades, fue una falsa denuncia “con el propósito de cubrir su accionar, y en particular deshacerse de la pistola que fuera utilizada en la comisión del crimen”.

La propia Soloaga, al ampliar su declaración indagatoria, confesó que lo del asalto era una mentira y dijo que en realidad el arma y el dinero los había perdido cuando fue al baño de una estación de servicio, lo que para la fiscal es “poco creíble”.

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