Cobos: “Mantengo mi candidatura, quiero una UCR unida y competitiva”
El macrismo y el massismo están cada vez más cerca de los dirigentes de la UCR. No obstante, el precandidato presidencial Julio Cobos prefiere mantener distancia y, en lugar de posibles alianzas, habló de “unidad y fortaleza partidaria”. En las últimas semanas, circularon varias versiones que fueron minimizadas por el ex vicepresidente en diálogo con Infobae: descartó una posible candidatura a la gobernación de la Provincia de Mendoza y dijo desconocer acuerdos entre dirigentes de la UCR con el PRO y el Frente Renovador. “Para evaluar cualquier posibilidad de alianza con otro espacio político hace falta contar con acuerdos programáticos, discutidos y consensuados para ver el grado de compatibilidad de los mismos porque se trata de mucho más que ganar una elección y tiene que ver con la gobernabilidad de un país”, argumentó.
Respecto a su candidatura presidencial afirmó que espera que la Convención defina quién es el candidato radical y el marco de alianzas. “Por todo lo que hemos transitado además del respaldo de la ciudadanía, se necesita el partidario para enfrentar una campaña, convencido de que podemos ser una alternativa de gobierno”, sostuvo.
-Usted le dijo a Infobae en una oportunidad que hay dos cosas que no piensa resignar: la candidatura a presidente e ir con un radicalismo dividido. ¿Sigue pensando lo mismo?
Como les dije aquella vez, mantengo mi candidatura a presidente por la UCR y trabajo para que logremos tener un partido unido y competitivo. La fórmula de Mendoza está compuesta por dos radicales, ya está proclamada y todos los partidos adhieren a la misma.
-A días de la convención radical, ¿qué puede decirme de la posibilidad de una alianza nacional con el PRO?
Para evaluar cualquier posibilidad de alianza con otro espacio político hace falta contar con acuerdos programáticos discutidos y consensuados para ver el grado de compatibilidad de los mismos, porque se trata de mucho más que ganar una elección y tiene que ver con la gobernabilidad de un país. No conozco las propuestas del PRO, sólo expresiones aisladas como eliminar retenciones, impuesto a las ganancias; y no temas verdaderamente estructurales, condición necesaria para gobernar un país.
-Esta semana trascendió que la UCR le pide a Macri la mitad de las listas y del Gabinete. ¿Esto es verdad?
La UCR es un partido que excede a sus dirigentes. Desconozco si algún dirigente busca este tipo de acuerdos. En lo que a mí respecta, busco unidad y fortaleza partidaria y eso es lo que voy a plantear el 14 de marzo en la Convención Nacional.
-Un sector de su partido se inclina por forjar alianzas con Macri y otro con Massa. ¿No le preocupa que la UCR esté dando demasiadas señales de resignarse a competir por la presidencia?
Nuestro partido está por tomar decisiones trascendentales la semana que viene. Espero que la Convención, órgano máximo partidario, defina quién es el candidato a Presidente de la Nación por la UCR y el marco de alianzas. Por todo lo que hemos transitado, además del respaldo de la ciudadanía se necesita el respaldo partidario para enfrentar una campaña, convencido de que podemos ser una alternativa de gobierno.
-¿Qué reflexión le merece el desmoronamiento de UNEN?
Es una pena porque cuando se conformó en abril pasado tenía como frente un potencial enorme. Lamentablemente, y desde el primer momento, muchos de los que lo integraban comenzaron a mirar más afuera que dentro del mismo, generando confusión y debilitándolo. Debemos hacer un gran esfuerzo para reconstruir una alternativa donde la columna vertebral sea el radicalismo y no otros partidos.
-¿Les molestaron las críticas por el eslogan de su primer afiche de campaña sobre la “democracia”?
Creo que fue muy bueno poner en el centro de la discusión la palabra democracia. Democracia no es sólo votar cada dos años. De hecho, nuestra Constitución expresa que nuestro gobierno es representativo, republicano y federal. Es en estos dos últimos aspectos donde necesitamos consolidar nuestra democracia: mejor federalismo y mayor institucionalidad. Democracia es calidad educativa, instituciones fuertes, división de poderes, respeto por el otro. Volver a la democracia es volver a darle contenido a ese concepto.
-¿Cuál es el primer cambio que haría en el país como presidente?
Prefiero hablar de acciones antes que cambios. Llamaría a todos los gobernadores de las provincias para establecer una política de estado en seguridad que contemple medidas vinculadas a la prevención del delito, el sistema judicial y el sistema penitenciario, ya que es el principal problema que afecta a la ciudadana argentina. En esa convocatoria, recuperaría para las provincias y municipios los recursos que le corresponden, realizando las transferencias de fondos por vías institucionales y no discrecionales como lo son actualmente. En el área económica, un programa para recuperar una inflación de un dígito y unificar el tipo de cambio. Además, pondría en marcha una batería de políticas que reviertan la pérdida en la calidad educativa que hoy sufrimos.
-¿Qué reflexión le produjo el discurso de Cristina Kirchner en la apertura de las sesiones legislativas?
Creo que la Presidenta careció de autocrítica, no habló de inflación ni de inseguridad, dos de los principales problemas que afectan a la sociedad. Los acuerdos con China fueron defendidos como ventajosos para nuestro país y la verdad es que no han sido realizados en un plan de igualdad, perjudicando a la industria y a la mano de obra nacional. No me sorprendió ni el tono ni la forma porque ha sido la constante en la forma de administrar el poder del kirchnerismo.
-Usted dijo que el Gobierno sintió culpa por no haber reaccionado después de la muerte de Nisman, ¿qué le pareció la resolución de Rafecas? ¿La considera prematura?
-Es la Justicia quien debe definir esto, la apelación de Pollicita define como apresurada la decisión de Rafecas, evidentemente es una causa tan importante que debe actuarse en forma rápida pero profunda, sin dejar detalles de lado.
-Por último, quiero pedirle un balance de estos doce años de kirchnerismo.
Creo que fue la década desaprovechada. Tuvimos todo para despegar como sociedad e insertarnos en el mundo y no lo logramos hacer, producto de una concepción confrontativa y divisoria de ejercer el poder. Se hicieron cosas importantes, otras quedaron a mitad de camino y otras son grandes deudas como la calidad educativa, las grandes obras de infraestructura y la calidad institucional.