viernes, noviembre 22, 2024
Tecnologia

Claves para que los más pequeños usen la tecnología móvil de forma segura

 

 

Los más pequeños de la casa usan los dispositivos móviles desde edades cada vez más tempranas. Este acercamiento a las nuevas tecnologías les ayuda a mejorar sus habilidades tecnológicas, algo que les resultará básico durante toda su vida tanto personal como profesional.

Los padres, lejos de oponerse a esa curiosidad e interés de los menores por la tecnología, deben aprender a protegerlos de los contenidos inapropiados para su edad. De ese modo, este acercamiento se desarrollará en un ambiente lúdico y educativo, sin poner en riesgo su seguridad. Aquí te damos algunas claves para que los más pequeños usen la tecnología móvil de forma segura.

El principal problema es que muchos progenitores no saben exactamente cómo afrontar la protección de los dispositivos que están usando los menores, ni cómo implementar medidas de control parental.

Podemos adelantarte que, en realidad, esa protección está estrechamente relacionada con el diálogo y la confianza entre los menores y sus progenitores. Las aplicaciones de control parental solo son una herramienta que hace mucho más fácil y efectiva esa tarea.

Según un estudio realizado por Lingokids, solo el 56% de los padres españoles supervisa el uso que hacen sus hijos en los dispositivos móviles que usan. Dicho de otra forma, 4 de cada 10 menores navegan por Internet sin supervisión de un adulto y es susceptible de acceder a contenidos de carácter sexual, violento, sexista o inadecuado para su edad.

No, el control parental no es sinónimo de castigo

Las herramientas de control parental permiten aplicar en un dispositivo una serie de normas y reglas de uso. Mientras se cumplen esas normas, el dispositivo se mantiene operativo con normalidad. En el momento en que una de ellas se incumple, el dispositivo se bloquea o impide la reproducción de un contenido no apropiado para la edad del usuario.

Esas normas pueden establecerse en forma de horarios semanales, en forma de horas de uso de unas determinadas aplicaciones o en otro nivel, el bloqueo de las conexiones a determinados sitios web.

Esta característica de las aplicaciones de control parental puede ser fácilmente interpretada como medida de castigo, tanto por parte de los menores, como de los progenitores. Ese es uno de los mayores errores que se puede cometer al dejar que los menores empiecen a usar la tecnología.

Las soluciones de control parental para celulares, como las que ofrece ESET en su catálogo de productos para proteger dispositivos móviles, deben instalarse de forma consensuada entre los pequeños usuarios y los adultos responsables.

Es necesario que ambas partes comprendan que estas soluciones de seguridad se instalan para mantener al usuario y sus datos a salvo de las muchas amenazas que acechan en la red. Nunca presentarlas como una forma de castigo o presión por no cumplir con sus quehaceres cotidianos.

La curiosidad de los más pequeños es como un torrente de agua y, ante un obstáculo, encontrarán la forma de burlar (o al menos intentarlo) las medidas de seguridad que les privan de su entretenimiento favorito. La necesidad agudiza el ingenio, pero en este caso, intentar saltarse la protección para el teléfono o tablet, implica poner en riesgo su seguridad.

En este sentido, es muy importante hacer partícipe al menor en el establecimiento de las reglas de protección para el dispositivo que él mismo va a usar. De ese modo será consciente de la importancia de seguir las normas de uso para mantenerse seguro.

Tecnología para crear vínculos

De forma instintiva los menores repiten lo que ven en su entorno. Por lo que es importante que, además de implementar una solución de protección para el dispositivo móvil, se inculquen una serie de hábitos de uso racional y responsable de la tecnología. La mejor forma de hacerlo es dando ejemplo.

Si el menor ve que en su entorno se usa el celular mientras se cocina, durante las comidas o cuando se realizan otras actividades, ¿por qué motivo él no iba a poder usar su móvil o tableta mientras come o cuando debería estar haciendo los deberes?

Una buena forma de evitarlo es utilizar el dispositivo como una herramienta para crear vínculos compartiendo actividades en común, no como elemento aislante del resto de la familia.

En realidad, no es tan diferente ponerse a colorear sobre un papel, que hacerlo sobre una pantalla, por lo que los progenitores pueden usarlo para compartir tiempo de ocio y no estigmatizar lo que sucede en el dispositivo como algo privado o secreto.

Aprender canciones en YouTube, buscar información sobre el lugar que se va a visitar el fin de semana, buscar curiosidades sobre los animales que ha visto durante su última excursión, etc. Son actividades con las que el menor aprenderá a desenvolverse en la Red y a adquirir habilidades de autoprotección, como aprender a no hacer clic en los banners publicitarios, etc. Todo ello con la tranquilidad de tener una herramienta de protección instalada que evitará que el menor entre en lugares con contenido no apto para su edad.

Control en la navegación, pero también en las aplicaciones

Los peligros de navegar por Internet sin supervisión o sin un filtro de contenidos son evidentes, pero tal vez no lo sean tanto los peligros que acechan a los menores desde las aplicaciones aparentemente inocentes y aptas para niños.

Sistemas de micro pagos, aplicaciones infectadas que en realidad instalan malware publicitario o de recopilación de datos son algunos de los riesgos a los que puede quedar expuesto el menor si su dispositivo no cuenta con una herramienta de verificación y protección de las aplicaciones que se instalan.

Nuevamente, las soluciones de seguridad instaladas en los dispositivos son una de las formas más sencillas y fiables para mantener bajo control las aplicaciones y evitar comportamientos propios del malware.

Mantener la supervisión de las aplicaciones que se instalan evitará que dichas aplicaciones, que aparentemente son aptas para menores, sirvan de puerta de entrada a la instalación de terceras aplicaciones que pueden no serlo.

En ese aspecto, la comunicación y la confianza con el menor es básica para mantener un buen nivel de seguridad ya que él mismo detectará que el juego o la aplicación que se instaló en un principio le obliga instalar otras aplicaciones y podrá alertar a los adultos responsables sobre esa incidencia.

 

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