Celos, ludopatía y mentiras, detrás de la historia del nene asesinado por su padrastro
El hogar donde vivía Ciro Peñalba (10), el nene asesinado de 16 puñaladas por su padrastro el martes, estaba contaminado por las actitudes, el comportamiento y los excesos de Juan Cruz Chirino (27), el hombre que tiñó de horror el barrio de Tolosa.
Ludópata, mitómano y violento, el hombre que después de matar al menor y de herir con un disparo a su pareja Soledad Marcos (32), se suicidó en su casa de 116 entre 529 y 530, no podía controlar los celos. Eso ya había provocado la ruptura de otras relaciones sentimentales que tampoco terminaron del todo bien, según consta en las declaraciones de testigos en el expediente judicial.
“Se peleaban, a Juan Cruz lo echaban y después Soledad le abría la puerta porque no quería que durmiera en la calle”, contó un conocido. La última vez que ocurrió esa secuencia fue el fin de semana pasado. Pocas horas después de eso, hubo otra discusión que derivó en tragedia.
El martes a la madrugada comenzaron a pelear. Al parecer, Chirino sospechaba que su pareja estaba demasiado cerca de Angel Peñalba, el padre de Ciro y ex de Soledad.
“Le escribe mensajes al lado mío. En la cama”, reconoció el homicida ante un amigo que lo contactó por WhatsApp cuando el espanto era una noticia que corría por toda la ciudad.
“¿Qué paso con el nene?”, quiso saber su interlocutor a las 8.30. “Me mandé un moco”, reconoció Chirino, que antes de dispararse un tiro en la sien estuvo atrincherado casi nueve horas en una habitación de la casa del tradicional barrio platense.
La mamá del chico, que recibió un balazo en el pómulo, fue dada de alta anoche del hospital San Martín. Los especialistas le recomendaron permanecer unas horas más internada por su estado psicológico, pero ella decidió irse. También recibió el alta el padre de Ciro, Angel Peñalba, quien chocó y volcó con su camioneta cuando iba a la casa de su hijo. (Diario Clarín)