Casi 4 mil teléfonos son denunciados como robados cada día en la Argentina
En los primeros 6 meses de 2017 se robaron en la Argentina 718.744 teléfonos; son, en total, 3927 dispositivos por día. Este es el resultado de los datos que obtiene la GSMA de parte de las compañías telefónicas; a su vez, la GSMA es quien informa de estos datos al Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) para nutrir las listas negras de IMEIs y evitar que los aparatos vuelvan a ser activados en alguna de las redes de las empresas de telefonía.
Los datos de dispositivos sustraídos no corresponden únicamente a los que suceden en la vía pública, sino que también incluyen datos de aquellos que fueron robados de manera masiva, en containers, camiones o locales, por ejemplo.
Para agilizar la denuncia, aconsejan que los dueños del teléfono anoten ese IMEI, o
que llamen a la operadora para registrar un dispositivo nuevo una vez que lo hayan
adquirido, o ante un cambio de terminal. Y que también, ante un robo, no solo pidan la baja temporal de la línea, sino que denuncien además el robo del equipo para que a la vez pueda ser informado a la lista negra. El número de IMEI está anotado en la caja del teléfono; también se puede ver marcando *#06# en el teléfono, y anotando el número de 13 cifras que se muestra en pantalla.
Una vez iniciado ese trámite para denunciar un teléfono robado -y siempre que tengan toda la información- las telefónicas envían los IMEIs denunciados a la lista negra de la GSMA, que a su vez provee esa base de datos al Enacom. El Ente provee un servicio para que los usuarios eviten comprar dispositivos denunciados: una página para visitar, ingresar el IMEI de un teléfono usado que se está por adquirir, y verificar que no esté en la lista negra.
La consulta puede ser clave: el bloqueo no es inmediato, como sí lo es la aparición en esa lista.
Los IMEI denunciados como robados se bloquean en las redes de las compañías prestadoras del servicio móvil y no se conectan. Sin embargo, también existen adulteraciones de los IMEIs, lo cual esquiva el bloqueo en la red.
Fuente: La Nación